El lobo de Yellowstone, también conocido como el Chamán de QAnon, tomó el miércoles durante unos minutos el poder del Senado de Estados Unidos con su piel de bisonte en la cabeza, su torso tatuado sin camiseta y la bandera estadounidense puntada en la cara. Detrás se escondía Jake Angeli, un propagandista de la delirante conspiración que acusa a la élite política y cultural demócrata de dirigir una secta satánica dedicada a secuestrar a niños para beberse su sangre, muy activo en las protestas de los negacionistas del covid-19 del año pasado. Su rostro ha pasado a ser uno de los emblemas del asalto al Capitolio y ha puesto nuevamente de manifiesto el protagonismo que los grupos radicales han tenido durante los últimos años como vanguardia del trumpismo.
Tensión en EEUU
Los grupos radicales en primera línea del asalto al Capitolio
Un propagandista de QAnon se ha convertido en uno de los iconos de la irrupción trumpista en el Congreso
Otros grupos antigubernamentales defensores del presidente estuvieron en la vanguardia de las protestas
Trump ha ayudado a legitimar a estos grupúsculos al condonar sus acciones y promover sus conspiraciones
Seguidores de Trump durante el asalto al Capitolio, este miércoles. /
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