Revelación periodística

Una investigación desvela la identidad de los autores del envenenamiento de Navalni

  • Según 'Bellingcat', la CNN y 'Der Spiegel', se trata de una unidad secreta del FSB que incluye a doctores y expertos en toxicología
  • El grupo seguía de cerca los movimientos del bloguero en los últimos dos años, y probablemente envenenó en una ocasión a su esposa Yúlia

Personal de emergencia del Ejército alemán traslada al opositor ruso Alekséi Navalni al hospital Charite de Berlín, el pasado 22 de agosto. / AFP / ODD ANDERSEN

A partir del análisis de miles de datos de viaje y registros de llamadas de teléfono, una investigación internacional liderada por las webs 'Bellingcat' y' The Insider', con la colaboración de la cadena CNN y la revista alemana 'Der Spiegel', asegura haber identificado a algunos de los responsables del envenenamiento del bloguero Alekséi Navalni el pasado verano mientras volaba desde Siberia a Moscú. Todos ellos son miembros de una unidad clandestina perteneciente al FSB (exKGB) especializada en el manejo de sustancias tóxicas, formada por doctores, toxicólogos y personal paramédico, que ha estado siguiendo en permanencia los movimientos del bloguero en el interior de Rusia durante los últimos años.

Tres agentes que siguieron al opositor ruso en su viaje a las ciudades siberianas de Novosibirsk y Tomsk han sido ya identificados: se trata de Alekséi Aleksándrov, de 40 años, Iván Osipov, de 44 (ambos médicos) y Vladímir Panáyev, también de 40. Fueron apoyados desde la capital rusa por al menos otros cinco agentes, algunos de los cuales se desplazaron hasta Omsk, también en la Rusia asiática, donde fue hospitalizado Navalni tras realizar un aterrizaje de emergencia el avión en el que viajaba. "Todos ellos se mantuvieron en contacto permanente (durante el viaje), con picos de llamadas en la madrugada de Moscú cuando Navalni había abandonado su hotel en Tomsk y se dirigia hacia el aeropuerto", relata Bellingcat.

A diferencia de otros incidentes similares, en los que la responsabilidad recayó sobre la inteligencia militar, más conocida por sus antiguas siglas GRU, en este caso la organización responsable sería el Servicio Federal de Seguridad (FSB por sus siglas en ruso, principal heredero del KGB). En concreto, a través de una unidad clandestina que opera bajo la égida del denominado Instituto de Criminalística del FSB, organismo oficialmente dedicado al análisis forense de atentados terroristas y prevención de crímenes high-tech. Este grupo dentro del mencionado instituto está formado por unos 15 miembros, controla un laboratorio de sustancias tóxicas y se reúne principalmente en dos instalaciones situadas en los alrededores de Moscú. Su máximo responsable es el coronel Stanislav Makshakov, un científico militar, que en el pasado participó activamente en el programa de armas químicas soviético y ruso hasta su carpetazo oficial.

Navalni, seguido de cerca

Todo ellos han estado siguiendo concienzudamente los movimientos de Navalni, al menos durante los últimos dos años, en 17 ciudades de toda Rusia, desde Vladivostok a San Petersburgo. Trabajan en grupos de tres y toman vuelos paralelos a los del bloguero anticorrupción, para no perderle de vista ni un minuto. A pesar de que la CNN mostró las fotografías de los supuestos envenenadores a Navalni, convaleciente en Alemania, éste no logró identificar o recordar sus rostros.

El opositor, por su parte, ha publicado un largo vídeo dirigido a su audiencia en Rusia en el que se hace eco de la investigación, pide ayuda a sus seguidores para difundir la grabación y denuncia que incluso su esposa Yúlia fue envenenada en una ocasión. "Sé quién me ha querido matar; sé dónde viven; sé dónde trabajan; sé sus verdaderos nombres; sé sus nombres falsos; tengo sus fotografías", ha denunciado. El crimen, según su versión, ha sido ordenado directamente por Putin en el 2016 en represalia por declarar su intención de presentarse candidato en las elecciones presidenciales celebradas hace dos años en Rusia.

A primera hora de la noche, ningún portavoz del FSB había reaccionado a las graves acusaciones. En cada ocasión en que el Estado ruso ha sido señalado como responsable de un envenenamiento, Moscú ha negado siempre toda participación en crimen alguno.