La noticia del positivo de Donald Trump por coronavirus llega en un momento especialmente inoportuno para él, inmerso en una delicada campaña electoral en la que se juega su reelección con unas encuestas favorables hasta ahora a su rival demócrata, Joe Biden, y plantea una serie de incertidumbres como la de la celebración del segundo debate de candidatos, previsto para el 15 de octubre.
Si Trump guarda una cuarentena de 14 días, ello le permitirá volver a hacer campaña en activo el 15 de octubre, a falta apenas de dos semanas para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre. Habrá que esperar para ver cómo repercute esta situación en la campaña.
Una de las primeras incertidumbres sobre la mesa afecta al segundo debate entre Trump y Biden, previsto para el 15 de octubre, justo el día en que finalizaría esa cuarentena de 14 días del presidente. Es una incógnita, por ahora, los días de aislamiento que guardará Trump.
'The New York Times' apunta además que si Trump cae enfermo --de momento es asintomático-- ello "plantearía dudas sobre si debería seguir en campaña y presentarse a las elecciones".
De momento Trump ha cancelado el viaje de campaña que tenía previsto para este viernes a Florida. El magnate debía dar un mitin en el aeropuerto de Sanford pero tras el positivo su nueva agenda para el día solo incluye una llamada telefónica a mediodía de "apoyo a los ancianos vulnerables por el covid-19".
El médico del presidente, Sean Conley, ha asegurado en un comunicado que Trump está "bien" y cumplirá sus "funciones sin interrupción" mientras se somete junto con su esposa Melania a una cuarentena. Ambos "están bien en este momento y planean mantenerse en su hogar en la Casa Blanca durante su convalecencia", ha señalado el doctor Conley.
El positivo de Trump se puede llevar por delante sus esfuerzos por alejar del debate electoral la pandemia del coronavirus, una pandemia que él ha minimizado en diversas ocasiones y que los estadounidenses opinan, según reflejan las encuestas, que el presidente no ha gestionado bien. Durante meses Trump ha cuestionado el peligro del covid-19, ha puesto en duda la opinión de los científicos y se ha negado a llevar mascarilla. Ahora, todo esto le puede pasar factura en las urnas.