"Nunca podrán dejar Beirut". Rodeada de mujeres jóvenes, Imane Nasreddine Assaf, la fundadora de la oenegé Ahla Fawda, bromea sobre la colección de traumas que les brinda su Líbano natal. Con sus manos, están recomponiendo los pedazos de hogares, de vidas, de futuros que aún se acumulan esparcidos y destruidos por las calles de la capital libanesa. Los estragos de la explosión del pasado 4 de agosto que dejó 190 víctimas mortales, 6.000 heridos y 300.000 familias sin hogar siguen habitando los barrios adyacentes al puerto. Así, las heridas de un pueblo abandonado por un gobierno ausente y corrupto no pueden cicatrizar.
ESPERANZA EN EL LÍBANO
Beirut recompone sus pedazos
Una juventud libanesa comprometida reconstruye su capital mientras buscan oportunidades para abandonar su país
Oenegés e iniciativas privadas lideran la ayuda humanitaria en una ciudad que colecciona traumas
Edificios destruidos en Beirut por la explosión del 4 de agosto. /
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