POLÉMICAS ELECCIONES

Un muerto y decenas de heridos en las protestas contra Lukashenko en Bielorrusia

"Las furgonetas antidisturbios se abalanzaban directamente sobre los manifestantes", denuncia desde Minsk una testigo

La opositora Tikhonóvskaya no reconoce los resultados y sale del país con destino a Lituania, obligada "por el poder", según su entorno

La policía bielorrusa reprime las protestas contra el triunfo electoral de Lukashenko. En la foto, disturbios en Minsk. / AP / VÍDEO: EUROPA PRESS

"¡Las furgonetas se abalanzaban directamente sobre los manifestantes y les golpeaban, lo vi con mis propios ojos!". En un ostensible estado de agitación, Natalia Chikulaeva, residente en el barrio Partizanski, en el mismo centro de Minsk, explica a través del teléfono lo sucedido durante la noche pasada en la capital de Bielorrusia tras la proclamación de la victoria de Aleksándr Lukashenko en las elecciones presidenciales. Según oenegés locales, una persona ha resultado muerta después de haber sido atropellada por un vehículo, y decenas más permanecen ingresadas en los hospitales de la ciudad con heridas. 

"Utilizaron gas lacrimógeno y granadas aturdidoras; al estallar esos artefactos hacen un estruendo terrible", continúa Natalia.  "Fueron el Ejército y los OMON (tropas del Ministerio del Interior) pero que apenas han utilizado a la policía, porque es más cercana a los ciudadanos y el Gobierno duda de su lealtad", explica.  

Tras cerrarse los colegios electorales a las ocho de la tarde, esta mujer ya entrada en años y empresaria de profesión acudió, junto a otros partidarios de la candidata opositora Svetlana Tikhonóvskaya, a la escuela número seis, donde habían votado horas antes, para exigir un recuento público de los sufragios. "Los miembros de la comisión electoral de nuestro colegio que hacían el escrutinio tenían miedo, y cuando acabaron su labor fueron sacados del edificio con un autobús oficial; la policía nos llamaba provocadores; cuando arrestaban, decían que la gente normal no circulaba por las calles a esas horas", denuncia.

Regreso de madrugada

Natalia regresó a su casa ya entrada la madrugada. "Me fui cuando me di cuenta de que ya no me quedaba fuerza", puntualiza. Durante la mañana, ha ido por las comisarías buscando a conocidos arrestados. "Han detenido a más de una decena de amigos", se lamenta. Pese a la brutalidad de los enfrentamientos, algunos testigos aseguran haber visto a ciertos integrantes de las fuerzas del orden dejar sus escudos en el suelo y negarse a reprimir, aunque este extremo no ha podido ser confirmado de forma independiente.

Los enfrentamientos no se limitaron a la capital, sino que se repitieron en muchas ciudades del país. En Brest, una población de 350.000 habitantes fronteriza con Polonia, se ha producido un escenario similar al de la gran ciudad, según explica Daria Sherbich, una joven doctora que trabaja en un hospital local. "Al hacerse oscuro, miles de personas se congregaron y fueron juntos hacia el centro de la ciudad; había familias con niños, hablaban, sonreían, reían, la gente conversaba por teléfono; era un ambiente de fiesta", continúa.

Al llegar a la zona peatonalagentes antidisturbios pertenecientes a los OMON armados con escudos les cerraron el paso, y empezaron a empujarles y a increparles. "De repente, me ví envuelta en una realidad paralela; no es lo mismo ver por internet unos disturbios que vivirlo en persona", explica. "Mi hija vino a mí y me dijo; mamá tengo miedo, no quiero que me golpeen", continúa. "Llegaron a disparar granadas de aturdiminento y hay cientos de detenidos en la ciudad", sostiene. "Esto es surrealista; sucede lo que sucede y la televisión solo nos enseña películas bonitas", culmina su relato.       

A través de las redes sociales, activistas próximos a la oposición habían convocado nuevas manifestaciones en todas las ciudades del país para este lunes por la noche, marchas que, ya antes de que el reloj marcara la medianoche, habían provocado numerosas detenciones y heridos aún no contabilizados, uno de ellos un periodista. "Hoy las protestas serán más multitudinarias", auguraba Marharyta Turava desde una localidad de la periferia de Minsk, horas antes de que éstas arrancaran.   

Desmentido del Gobierno de Minsk

El Gobierno de Bielorrusia niega que manifestante alguno hubiera perdido la vida, y en cambio sostiene que una decena de miembros de las fuerzas del orden resultaron heridos durante los disturbios nocturnos. Lukashenko ha hablado por vez primera tras el escrutinio y ha calificado las elecciones de "fiesta", arremetiendo de paso contra los manifestantes: "Alguien ha querido estropear la fiesta". Según el Ministerio del Interior, fueron detenidas "cerca de 3.000 personas en todo el país". Su homólogo ruso, Vladímir Putin, le felicitó por telegrama, aprovechando la ocasión para reforzar la integración entre ambos países.  

Los resultados oficiales difundidos este lunes confirmaron finalmente la tendencia apuntada por los sondeos oficiales el domingo y corroboraron la victora del presidente saliente con un 80,2% de los votos, mientras que Tikhonóvskaya apenas recabó un 9%, una cifra que se da literalmente de bruces con las multitudes que logró congregar durante su campaña.

La aspirante opositora, exprofesora y esposa de un popular bloguero vetado como candidato, ya ha dicho que no acataba estos datos. "Las autoridades no están escuchando; tienen que preparar la forma pacífica de entregar el poder", ha declarado. Pese a que horas antes había asegurado que no pensaba emprender el camino del exilio y que se quedaría en Bielorrusia para exigir unos comicios "sin manipulación", por la noche desapareció del ojo público y hoy martes por la mañana se ha confirmado que había logrado llegar a Lituania. Según su entorno, fue obligada a abandonar el país y "no tenía elección".

Su compañera de campaña, Verónika Tsepkalo, hizo lo propio el mismo domingo y se unió a su esposo, Valeri Tsepkalo, otro candidato también excluido por las autoridades, quien se encontraba en los últimos días en Varsovia intentando recabar apoyo internacional.