Los detalles prácticos de la primera cumbre presencial que celebran esta semana los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la UE ya están listos e implicarán cambios logísticos importantes para minimizar los riesgos de contagio de coronavirus. Por ejemplo, no habrá el habitual saludo protocolario a la llegada de los líderes europeos, que solo podrán entrar en la sede del Consejo acompañados de un máximo de seis personas, las salas de reunión serán desinfectadas en cada pausa y la mascarilla será obligatoria cuando no sea posible respetar una distancia mínima de seguridad de metro y medio.
“Es esencial para proteger plenamente la salud de los líderes, sus asesores y de todo el personal que les apoya y por eso se han adoptado muchas precauciones”, explican fuentes del Consejo sobre unas medidas de seguridad y sanitarias previstas para celebrar “un Consejo Europeo seguro y exitoso”. Y para ello, lo primero ha sido reducir el tamaño de las delegaciones, habitualmente formadas por 19 personas, a solo 6 mientras que los periodistas no tendrán acceso a la sede del Consejo.
Aire fresco, no reciclado
Además, solo se utilizarán las salas más grandes para garantizar una distancia física suficiente, serán desinfectadas tras cada encuentro y el aire no será reciclado sino fresco. El encuentro entre los 27 tendrá lugar en la sala 5 del edificio Europa, de 850 metros cuadrados, diseñada para albergar las grandes cumbres de la UE con organismos multilaterales y en la que pueden sentarse hasta 350 personas. Esto significa que los 31 o 32 dirigentes –más los 3 o 4 asesores que se sentarán en las filas de detrás- estarán bien distanciados.
Aún así, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha escrito a sus colegas pidiéndoles que lleven puesta la mascarilla al inicio de la reunión y en cualquier momento en que no sea posible mantener la distancia. Quienes sí tendrán que llevarla todo el rato será el personal técnico y de catering, fotógrafos o cámaras entre otros. El Consejo también ha dispuesto el uso exclusivo de algunos ascensores, limitados a dos personas, solo para los líderes europeos. Si alguien tiene síntomas de covid-19, apuntan fuentes del Consejo, tendrá que abandonar la reunión.