UN MUNDO NUEVO (4)

Berlín, el confinamiento que nunca fue

La vida pública no ha dejado de existir en la capital alemana a pesar de las restricciones contra la expansión del coronavirus

Protesta contra las fronteras externas de la UE en la Puerta de Brandeburgo en Berlín. / TOBIAS SCHAWARZ (AFP)

La historia de la pandemia en Berlín es la de un confinamiento que nunca fue. La vida pública no ha dejado existir en la capital alemana a pesar de las restricciones contra la expansión del virus. Los comercios no considerados esenciales tuvieron que bajar la persiana a mediados del pasado marzo -la mayoría ya ha reabierto- , parte de la burocracia y los servicios públicos como bibliotecas, colegios o guarderías dejaron de funcionar, los gimnasios siguen cerrados, y bares, clubs y el ocio nocturno están paralizados sine diepero ni los parques se vaciaron ni los runners desaparecieron de las orillas del río Spree ni por las calles dejaron de circular coches. Fiel a su esencia anárquica y un tanto ajena al resto de Alemania, Berlín ha seguido su propio camino.