Un nuevo mundo (2)

Un Londres irreconocible puede haber cambiado para siempre

El silencio reina en el Soho, en la City y en el resto de una ciudad vacía

El virus ha hecho aún más profundas las diferencias sociales entre los barrios

Si no fuera por los cuidadores que limpian las jaulas y les dan de comer cada día, los animales del zoo de Londres pensarían que la especie humana ha desaparecido de la tierra. Nunca hubo otra primavera tan soleada y cálida como esta, pero al norte del parque de Regent no hay rastro de las colas de padres con chiquillos impacientes por ver a las fieras. Las vacaciones de Semana Santa y los dos largos festivos de mayo hubieran sido parte de la temporada alta. Hoy el zoo pide donativos al público y el Gobierno despacha un presupuesto exprés para mantener a los 20.000 inquilinos que saben lo que es vivir confinado. “Estamos en una posición impensable”, se lamenta su director, Dominic Jermey, un antiguo embajador en Afganistán.