La inmigración en el Reino Unido ha decaído a niveles del 2013. Esta caída en picado ha sido consecuencia, sobretodo, de la reducción del número de inmigrantes procedentes del resto de países de la Unión Europea desde el referéndum del 'brexit' en el 2016, que dio la victoria a los euroescépticos.
Desde marzo del año 2018 hasta el mismo mes del año siguiente unas 612.000 llegaron al Reino Unido, mientras que unas 385.000 emigraron, saldando el ejercicio con una inmigración neta de 226.000 llegadas al país, el número más bajo desde diciembre de 2013, según la Oficina Nacional de Estadística.