El Consejo de Seguridad de la ONU condenó los atentados en Sri Lanka, que causaron casi 300 muertos y 500 heridos, y exigió que los responsables sean llevados ante la justicia. En una declaración pactada por los quince Estados miembros, subrayó que tienen que rendir cuentas todos aquellos que perpetraron, organizaron, financiaron o respaldaron los ataques.
Con ese fin, urgió a todos los Gobiernos a cumplir con sus obligaciones internacionales y cooperar activamente con las autoridades de Sri Lanka. El Consejo de Seguridad recalcó que "cualquier acto de terrorismo es criminal e injustificable" y que todos los Estados deben combatir a las organizaciones terroristas usando "todos los medios", pero respetando la legislación internacional y de derechos humanos.
Solidaridad por las víctimas
Los quince miembros trasladaron además sus condolencias a las familias de las víctimas y al Gobierno de Sri Lanka. Por su parte, la presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa, se declaró "horrorizada" por los atentados y expresó su solidaridad con los afectados.
Espinosa también insistió en que los responsables deben ser llevados ante la justicia y subrayó que no puede haber ninguna justificación para el terrorismo. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ya había reaccionado el domingo a lo sucedido en Sri Lanka, condenando los ataques y trasladando su apoyo al país asiático.
Las autoridades de Sri Lanka elevaron a 290 los fallecidos en los atentados del Domingo de Resurrección contra tres iglesias y tres hoteles de lujo, de los que responsabilizan a un grupo islamista local. Al menos 32 extranjeros se encuentran entre los fallecidos y 30 más están hospitalizados.