POLÍTICA MIGRATORIA

Alemania devuelve a Europa más refugiados que nunca

Durante el 2018 las autoridades trasladaron a 8.658 solicitantes de asilo a los primeros países europeos donde se habían registrado, una cifra récord

Una mujer y un niño, junto con otros migrantes y refugiados, son trasladados a un tren con destino a otra ciudad alemana poco después de su llegada a Múnich.  / ANDREAS GEBERT (AP)

Cuando el verano pasado el ministro del Interior, Horst Seehoferamenazó con un cierre unilateral de las fronteras alemanas si no se aprobaba su "plan maestro" contra la inmigración muchos pensaron que sería el prematuro final del Gobierno de Angela Merkel. Sin embargo, en un desesperado gesto de pragmatismo la cancillera pasó por el aro y terminó adoptando la restricción migratoria impulsada por su enemigo íntimo.

Medio año después, aquel gesto se ha transformado en una realidad: Alemania devuelve más refugiados a Europa que nunca. Según datos del Ministerio del Interior, de enero a noviembre del 2018 el que en su día fue el país de la willkommenskultur (cultura de bienvenida) expulsó a hasta 8.658 solicitantes de asilo, una cifra récord. En todo el 2017 hubo un total de 7.102 traslados.

Tras la amenaza de Seehofer el Ejecutivo alemán aprobó 63 medidas de restricción, una de las cuales exige el cumplimiento de la Convención de Dublín, una normativa europea que establece que el primer país de la Unión Europea (UE) en el que se registra un refugiado es el responsable de tramitar su solicitud de asilo. Así, con la ley en la mano, la Agencia Federal para la Migración y los Refugiados solicitó en 2018 expulsar a 51.558 personas a otros estados del ente comunitario, unas peticiones que se aceptaron en 35.375 casos.

Sistema fallido

Apoyado en verano por un 61% de los alemanes, este recorte de la solidaridad ha disparado el número de devoluciones intraeuropeas. Si en 2017 las devoluciones supusieron un 15,1% del total el año pasado llegaron al 24,5%. Países como Hungría o Bulgaria han rechazado casi la totalidad de peticiones alemanas, dejando a Italia como principal país afectado por un mecanismo muy poco equilibrado. A pesar de que casi la mitad de los 7.205 refugiados llegados a Alemania de otros estados de la UE se registraron en su territorio, Grecia también ha dado la espalda a su retorno, aceptando tan solo cinco casos.

Aunque con este mecanismo se trataba de evitar duplicidades, el sistema de Dublín es acusado de no ser equitativo. Como ejemplifica el caso italiano, que ha absorbido hasta un tercio de las expulsiones alemanas, esta normativa hace que los países fronterizos tengan una responsabilidad desproporcionada ante la crisis. Así, además de que su ubicación geográfica les convierte en principales receptores de los flujos migratorios de África y Oriente Próximo las directrices europeas no agilizan esa gestión ni la reparten entre estados miembro.

Las cifras evidencian el viraje restrictivo del Gobierno de Merkel. Alemania fue el país que más refugiados acogió pero eso también catapultó a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y terminó forzando al partido de la cancillera a endurecer las fronteras. El pasado 8 de enero el gobierno deportó a 36 personas a Afganistán, país que considera seguro a pesar de la guerra abierta entre el régimen Taliban y Estado Islámico. El nuevo récord en traslado de refugiados a otros países de la UE confirma el giro de un ejecutivo que, como ha denunciado la diputada de la izquierda Ulla Jelpke, sigue aplicando un sistema "injusto" e "inhumano".