EL EJECUTIVO DE SALVINI

Decepción en Italia ante los primeros presupuestos del Gobierno populista

El Ejecutivo de Roma rebaja las cifras del déficit previsto debido a la presión de la UE y recorta 4.000 millones de euros para prestaciones sociales

Matteo Salvini, ministro del Interior, habla durante un acto político en la piazza del Popolo, en Roma, el pasado 8 de diciembre.   / GIUSEPPE LAMI

El crecimiento previsto por el Gobierno populista de Italia para el 2019 no será finalmente del 1,5% como había planteado, sino del 1% y quizás menos. Una diferencia de 9.000 millones. El déficit del 2,4%, presentado como un desafío a los parámetros europeos en nombre de una expansión económica tras 10 años de recesión, será del 2% o tal vez también menos, es decir, acorde con las previssiones de la mayoría de los economistas y de las instituciones internacionales como el FMI, las agencias de calificación de la deuda y la UE.

Estos recortes significan 4.000 millones menos para destinar a las dos promesas-estrella de la campaña electoral, la rebaja de impuestos y la denominada “renta de ciudadanía” (inclusión) de 780 euros mensuales no beneficiarán los seis millones de ciudadanos contabilizados por el Instituto de Estadística, sino solo un grupo de 450.000 personas. Y ya no se llamará “renta de ciudadanía”, sino “integración” o complemento de sueldos y pensiones mínimas para que alcancen los 780 euros. Empezará a ser otorgada en la próxima primavera, o sea en vísperas de la campaña electoral para las europeas y por el momento durará solo tres años. Los mismo sucederá con la reducción de las cinco actuales cuotas fiscales a dos (15% y 25%)

La marcha atrás ha impuesto que los primeros presupuestos del primer gobierno populista de la UE, representante de la cuarta o tercera (sin GB) economía del continente, hayan provocado una cierta desilusión en el electorado, que en marzo concedió una mayoría absoluta del Congreso a los indignados del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y a la Liga y una mayoría relativa en el Senado. El mismo vicepresidente del gobierno y ministro de Interior, Matteo Salvini, ha reconocido que los presupuestos solo “merecen un siete (sobre 10)”. “Pero, mejoraremos”, ha prometido. Sin embargo y por primera vez desde las generales de marzo, la Liga que no paraba de subir, ha descendido en los sondeos del 36,2% al 32,0%, mientras que los indignados siguen bajando desde entonces (27% contra el 32,7% de marzo).

La hora de comer las uvas

Rozando el momento de comer las uvas de la Nochevieja, los diputados deberán estar en el Congreso de Roma para dar, en tercera lectura, el visto bueno definitivo a  los presupuestos para el nuevo año. En vísperas de Navidad, el Senado ya tuvo que votar, a las tres de la madrugada y en segunda lectura, a favor de las cuentas estatales sin poder debatirlas por falta de tiempo, porque el Ejecutivo puso sobre su aprobación una cuestión de confianza y lo mismo sucederá este sábado en el Congreso.

Anteriormente y en primera lectura el Congreso aprobó unos presupuestos nulos, porque, tras numerosas negociaciones con la UE y frente al cierre en banda de los mismos partidos afines a los populistas italianos (Austria, Holanda, Hungría), han sido enmendados casi totalmente en el Senado, de manera que los parlamentarios han tenido solo cinco días para leer los documentos.

Con un gran sentimiento de indignación por no haber podido debatir las reformas del primer gobierno populista, los progresistas del Partido Demócrata (PD) se manifestarán este sábado, así como los sindicatos nacionales. Ambos repetirán las protestas el 12 de enero en “todas las plazas del país”.

La oposición se indigna 

“Es una emergencia económica, una grave lesión a la democracia parlamentaria”, ha escrito el PD. “Hemos votado una cuestión de confianza sobre un objeto misterioso, algo nunca sucedido en la historia de la República”, ha comentado Emma Bonino, exministra y excomisaria de la UE, quien considera que “el Parlamento ha sido humillado, desautorizado y reducido a la insignificancia”.

Además de las dos medidas estrella del gobierno populista, los presupuestos, introducen 2,50 euros para entrar en Venecia, recortan en 35,3 millones la aportación de Italia a la ONU y dan carta libre (sin licitación) a los alcaldes para contratas de entre 40.000 y 150.000, lo que ha sido criticado por favorecer la corrupción. Los oficios sanitarios paramédicos (fisiatras, comadronas, curanderos, etc. ) se podrán ejercer sin título, levantando las protestas de los médicos.Los juegos de azar pagarán un 1,40 más de tasas (25% en total) y los premios de las loterías un impuesto que parte del 31% sobre cuanto ganado.

Las jubilaciones brutas superiores a los 1.522 euros mensuales aumentarán menos que el IPC. Los presupuestos congelan de nuevo un aumento del IVA introducido en 2011 y renovado desde entonces, de manera que el importe a pagar aumenta año tras año: eran 12,5 mil millones en 2019, serán 20 mil millones en 2020 y 29 mil millones en 2021, lo que amenaza para entonces una subida insostenible de los precios al consumo.