El príncipe saudí Mohamed Bin Salman llegaba a la cumbre del G20 como el personaje más incómodo del encuentro. Su presunta participación en el asesinato del periodista Jamal Khasshoggi amenazaba con concertirle en el apestado de la cumbre. Sin embargo, no lo ha sido para el presidente ruso, Vladimir Putin, que le ha saludado con un poco corriente y extraordinariamente efusivo choque de manos, más propio de colegas que se felicitan por una proeza que de mandatarios internacionales.
Ha sido en la foto de familia donde los conflictos que sacuden a la comunidad internacional -la guerra comercial entre EEUU y China, la tensión entre Trump y Putin a cuenta de Ucrania y el 'Rusiagate', la incomodidad generada por la presencia del príncipe saudí Mohamed Bin Salmán- se han plasmado en unos instantes de tensión latente, como han recogido los fotógrafos.
Trump pasa ante Bin Salmán, durante la foto de familia del G20. /
Según Reuters, la marginación de Bin Salmán se hizo patente durante esa imagen, donde quedó relegado a un extremo del grupo sin apenas mandatarios que le saludaran o hablaran con él.