El Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha convocado este sábado al embajador de Estados Unidos, Terry Branstad, en Pekín para protestar contra la decisión de Washington de sancionar a la empresa militar china y a su director, Li Shangfu, por comprar aviones de combate y un avanzado sistema de misiles tierra-aire a Rusia. Poco antes, el portavoz del Ministerio chino de Defensa, Wu Qian, dijo que la decisión de China de comprar material militar a Moscú es un acto normal de cooperación entre países soberanos y que Estados Unidos "no tenía derecho a interferir". Wu advirtió que EEUU tendrá que hacer frente a  "consecuencias" si no revoca inmediatamente las sanciones.

El Departamento de Desarrollo de Equipos de China (EED), la rama militar responsable de la adquisición de armas al exterior, adquirió 10 aviones de combate SU-35 en el 2017 y equipos S-400 relacionados con el sistema de misiles tierra-aire en el 2018, según denunció la semana pasada el Departamento de Estado. La compra, según Washington, viola la ley estadounidense que impone sanciones a Rusia como castigo por inmiscuirse en las elecciones presidenciales de EEUU en noviembre del 2016, que dieron la victoria de Donald Trump; por la agresión militar contra Ucrania; y por la guerra civil en Siria, en la que apoya al presidente Bashar al Asad.

La mejor defensa

Las baterías móviles S-400, que incluyen radares, un sistema de control y misiles con un alcance de hasta 400 kilómetros, se contruyeron por primera vez en Rusia en el 2007 y están considerados como la mejor defensa que tiene Moscú contra aviones, misiles y drones. Rusia ha desplegado varias unidades en Siria y Turquía, miembro de la OTAN, ha mostrado su interés adquirir también este sistema.