TERRORISMO

Un atentado suicida mata a docenas de civiles en Kabul

El atacante, miembro del Estado Islámico, ha hecho estallar los explosivos que llevaba encima en un centro de registro de votantes y la mayoría de víctimas son chiís

Ataque suicida a un centro de registro de votantes en Kabul, Afganistán. / AP / Rahmat Gul

Al menos 57 personas han muerto y más de un centenar han resultado heridas en un ataque suicida a un centro de registro de votantes en el oeste de Kabul. La gran mayoría de víctimas, que podría aumentar con el paso de las horas, son de la minoría chií hazara, que ha sido blanco en otras ocasiones de los yihadistas del Estado Islámico, grupo que ha reivindicado el ataque.

La explosión se ha producido alrededor de las 10.00, hora local, en el área de Qala-e-Nazir, cuando un suicida ha hecho estallar el explosivo que llevaba encima entre la gente que aguardaba en cola para registrarse en un centro de votación, indicó Hashmatullah Stanekzai, portavoz de la policía de Kabul. El proceso de registro de votantes para las elecciones parlamentarias previstas para el próximo 20 de octubre comenzó la pasada semana en Kabul como parte de un proceso que continuará durante las próximas semanas. Para los comicios, las autoridades deben de comprobar la identidad y registrar a 10 millones de votantes en todo el país.

"Había mujeres, niños. Todos habían venido a buscar sus documentos de identidad", ha explicado Bashir Ahmad, uno de los supervivientes de la explosión. Al menos 21 mujeres y cinco niños figuran entre las víctimas mortales. "Ahora sabemos que el Gobierno es incapaz de protegernos", ha dicho indignado, Akbar, otro testigo de los ocurrido, mientras la gente que había a su alrededor gritaba: "muerte al Gobierno", "muerte a los talibanes". "No hemos tenido nada que ver con el atentado de hoy", han advertido los talibanes en un comunicado, antes de que fuera reivindicado por el EI.

Debilitar el proceso

El presidente afgano, Ashraf Gani, ha condenado el ataque y advertido que acciones de este tipo "no nos van a distraer de nuestros objetivos o van a debilitar el proceso nacional democrático". El alto representante de la ONU en Afganistán, Tadamichi Yamamoto, se ha referido al atentado como un "exhaustivo e inaceptable esfuerzo de los extremistas por disuadir a los ciudadanos afganos de cumplir con su derecho constitucional de tomar parte en las elecciones".

El ataque de este domingo no es el primero contra oficinas de registro de electores desde que la semana pasada comenzó el proceso para actualizar el padrón con vistas a las elecciones parlamentarias, pospuestas durante más de tres años y primera cita electoral desde las presidenciales de 2014 en el país asiático.

El jueves hombres armados dispararon desde una motocicleta contra dos policías que vigilaban un centro de registro de votantes en Jalalabad, capital de la provincia oriental de Nangarhar. "Todavía no sabemos quién está detrás del ataque ya que los talibanes y el EI están activos en Nangarhar", ha dicho a Efe Attaullah Khogyanai, portavoz del gobernador provincial. El martes, en la provincia central de Ghor un grupo de talibanes atacó otro centro de registro de electores secuestrando a tres empleados de esa oficina y dos policías. Finalmente, los cinco fueron liberados al día siguiente gracias a la mediación de líderes tribales locales.

Varios atentados

En lo que va de año la capital afgana ha sido objeto de varios atentados, el más importante el perpetrado a finales de enero por los talibanes con una ambulancia bomba que explotó en un céntrico barrio de Kabul matando a más de un centenar de personas. Tras ese ataque, las autoridades de la capital han revisado todo el plan de seguridad de la ciudad y lo han sustituido para evitar grandes atentados. Según cifras de la ONU, más de 750 personas han sido asesinadas o mutiladas en ataques suicidas y atentados con bombas perpetrados por grupos militantes durante los tres meses previos a marzo, antes del inicio esperado de la ofensiva de primavera habitual de los talibanes.

El presidente Gani llamó a finales de febrero a los talibanes a sentarse en la mesa de negociación para encontrar una solución pactada al conflicto que vive el país desde la invasión estadounidense en 2001.