Filipinas cerrará durante seis meses la isla de Boracay, uno de sus principales destinos turísticos. Así lo ha ordenado el presidente filipino, Rodrigo Duterte, quien recientemente calificó la isla de "cloaca", debido a la contaminación de sus aguas.
Boracay, de 1.032 hectáreas, ubicada unos 300 kilómetros al sur de Manila y popular por sus playas de arena blanca, recibió el año pasado dos millones de visitantes. Sin embargo, a partir del 26 de abril permanecerá cerrada al público, según ha anunciado vía Twitter el portavoz de Duterte, Harry Roque.
La clausura se debe a una delicada situación medioambiental. Al menos 300 hoteles han estado ignorando las ordenanzas que les obligan a construir sus propios sistemas de saneamiento y tratamiento de aguas residuales, que han acabado siendo abocadas al mar.
Ya en febrero, el mandatario filipino advirtió sobre la situación de Boracay, que calificó de "cloaca". "Te bañas en el mar y huele a mierda" señaló el presidente. Duterte acusó entonces a las autoridades locales y a los negocios hoteleros de la situación y amenazó con cerrar la isla: "Os penalizaré por negligencia, por convertir Boracay en un alcantarillado". "O la limpiáis o cierro la isla de forma permanente" añadió.
Pérdidas millonarias
Desde entonces se plantearon varias soluciones para la isla, entre ellas la clausura durante dos meses al principio de la temporada de lluvias (julio y agosto) o un cierre por fases para modernizar el sistema de alcantarillado.
Sin embargo, tras las recomendaciones de los ministerios de Recursos Naturales, Turismo e Interior, la decisión final ha sido la de cerrar la isla completamente durante seis meses.
Alrededor de 36.000 personas verán afectados sus medios de vida por la clausura de la turística isla, mientras que se calcula que las pérdidas podrían alcanzar los 56.000 millones de pesos, unos 874.000 euros.
Estado de desastre
Aunque Duterte ha anunciado que decretará el "estado de desastre" para ayudar económicamente a los afectados, empresarios y trabajadores de Boracay han protagonizado en las últimas semanas frecuentes protestas para exigir al Gobierno que modernice la isla por fases.
En cuanto al plan de saneamiento de la isla, se prevé que será necesario diseñar un segundo sistema de alcantarillado y derruir establecimientos ilegales, aunque todavía no hay proyectos concretos a sólo 21 días del cierre.