CRISIS EN BIRMANIA
Suu Kyi no irá a la Asamblea General de ONU para centrarse en los rohinyas
La líder de facto del Gobierno birmano aduce "asuntos domésticos" para no acudir a Nueva York a debatir sobre la situación de la perseguida minoría musulmana
Aung San Suu Kyi, durante un discurso en Naypyitaw (Birmania), el 11 de agosto. / periodico
La consejera de Estado y líder de facto del Gobierno birmano, la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, romperá públicamente su silencio sobre la crisis de los rohinyas la semana próxima en una alocución televisada. El anuncio de su Gobierno, realizado a pocas horas de iniciarse una reunión a puerta cerrada en la ONU sobre esta emergencia humanitaria, pretende salir al paso de las nuevas críticas recibidas tras conocerse que Suu Kyi había decidido cancelar su viaje a Nueva York para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas que debatirá sobre la crisis por la necesidad de afrontarla desde casa.
La exdisidente birmana, desde hace días bajo el fuego de las críticas internacionales por su ambigüedad en torno a la persecución de la minoría musulmana de los rohinyas, anuló este miércoles su desplazamiento a Nueva York bajo el pretexto de que "bajo las actuales circunstancias, tiene asuntos domésticos que necesitan su atención", declaró Kyaw Zeya, portavoz del Ministerio de Exteriores. "Está centrada en establecer la estabilidad", añadió Zaw Htay, portavoz de su oficina, en relación a la violencia desatada en el oeste de Birmania contra los rohinyas, que ha desembocado en un éxito masivo de refugiados hacia Bangladés.
En la ONU, el año pasado, Suu Kiy se comprometió a defender los derechos de los royinhas, por lo que su ausencia ha levantado polvareda. Presionada para expresarse por la comunidad internacional, aunque obligada a mantener un precario equilibrio en sus relaciones con el Ejército, Suu Kiy pronunciará finalmente el 19 de septiembre -el mismo día que comenzará la 72 sesión regular de la Asamblea General de la ONU- un discurso televisivo sobre la situación en el estado de Rakhine (oeste) y la necesidad de retornar a la paz y la reconciliación, según señalaron fuentes de su oficina.
Huida masiva a Bangladés
Hasta ahora, el único comentario oficial de Suu Kiy sobre la crisis lo vertió hace días en Twitter, denunciando un "iceberg de desinformación" sobre los rohinyas y defendiendo la acción del Ejército birmano. La persecución de esta minoría musulmana, sin embargo, no ha parado de aumentar. Desde el 25 de agosto, casi 400.000 rohinyas han huido a Bangladés a raíz de la operación militar desplegada en respuesta al ataque contra puestos policiales perpetrado por un grupo de insurgentes de la misma etnia. Al menos 414 personas, según cifras oficiales, han muerto en los combates y la contraofensiva militar, aunque el número real podría ser más abultado, conforme aseguran organizaciones independientes.
Organizaciones no gubernamentales han denunciado por su parte las continuas violaciones de los derechos humanos cometidas por los soldados, a quienes se achaca asesinatos, quemas de viviendas, saqueos y violaciones, entre otros delitos. El propio alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad al Hussein, alertó el lunes contra lo que denominó "ejemplo de libro de limpieza étnica" contra los rohinyas, además de denunciar "posibles crímenes contra la humanidad" en Birmania, acusación que al día siguiente rechazaron las autoridades birmanas.
En cifras generales, se estima que más de un millón de rohinyas vivían en el occidental estado de Rakhine (antigua Arakán), donde han sido víctimas de una creciente discriminación desde el brote de violencia sectaria del 2012, que causó al menos 160 muertos y dejó a unos 120.000 rohinyas confinados en 67 campos de desplazados. Las autoridades birmanas no les reconocen la ciudadanía, ya que les considera inmigrantes bengalís, y les imponen múltiples restricciones, incluida la privación de movimientos.
Carta abierta de premios Nobel al Consejo de Seguridad
<span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">En una carta abierta al Consejo de Seguridad de la ONU, una decena de premios Nobel han llamado este miércoles a las Naciones Unidas a tomar “acciones audaces y decisivas” en relación a la crisis de los rohinyas. "Les pedimos que reaccionen inmediatamente para detener los ataques militares criminales contra civiles inocentes", indica el texto de la misiva, firmada entre otros por el bangladesí Muhammad Yunus, la paquistaní Malala Yousafzai y el sudafricano Desmond Tutu. El Consejo de Seguridad, sin embargo, se prevé dividido, ya que China, primer inversor extranjero en Birmania, ha reiterado su "apoyo" a Naupyidaw (la capital birmana) y alabado "sus esfuerzos por preservar la estabilidad de su desarrollo nacional". "Esperamos que el Consejo de Seguridad proponga decisiones sustanciales y sobre todo un embargo de armas", declaró por su parte Phil Robertson, de Human Rights Watch.</span>
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