El menos diplomático de todos los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, llegó a la Casa Blanca sembrando cizaña. Dentro y fuera de su país.Y este jueves ha demostrado en Bruselas que puede haber modulado su mensaje pero que no ha cambiado de opinión. Durante la inauguración de dos memoriales -a las víctimas de los atentados del 11-S en Nueva York y al Muro de Berlín-, el más poderoso de todos los mandatarios del mundo ha exigido a sus aliados con una innecesaria dureza que incrementen de una vez por todas el gasto en defensa.

“23 de los 28 países miembros no están pagando lo que deberían por su defensa. Esto no es justo para los ciudadanos y los contribuyentes de EEUU. Muchos de estos países deben cantidades masivas de dinero de años anteriores que todavía no han pagado.”, ha recordado ante la incomodidad y perplejidad de sus socios en su estreno en una cumbre de la Alianza Atlántica.

Pese a la solemnidad del momento, el nuevo inquilino de la Casa Blanca ha aprovechado la cita para recordar a sus aliados que EEUU ha gastado en los últimos ocho años más en defensa que el resto junto y que si todos hubieran cumplido con su compromiso de dedicar el 2% del PIB pactado en Gales en 2014 dispondrían de nada menos que 119.000 millones de dólares adicionales para garantizar la defensa colectiva.

“Deberíamos reconocer que con esta falta de pago crónico y las crecientes amenazas incluso el 2% del PIB es insuficiente para cerrar la brecha”, ha recordado pidiendo a los líderes que hagan frente al tiempo pedido y subrayando que ese porcentaje es simplemente el mínimo indispensable para afrontar “las amenazas reales y atroces de hoy en día” como el reciente atentado de Manchester que también ha tenido referencias en su discurso de inauguración del monumento instalado a la entrada del nuevo cuartel general de la OTAN (ubicado frente al antiguo) en Bruselas y construido con un fragmento de las torres gemelas destruidas en Nueva York.

ESPAÑA, EL SEGUNDO QUE MENOS GASTA

En respuesta al duro rapapolvo, los líderes de los 28 países de la Alianza –el 5 de junio se sumará Montenegro- han reiterado su compromiso a presentar antes de finales de año un plan detallado con el gasto y su contribución con una hoja de ruta para llegar al 2%. Un porcentaje que solo cumplen cinco países: Estados Unidos, Reino Unido, Grecia, Polonia y Estonia. España solo dedica el 0,9% del PIB y es, tras Luxemburgo, el segundo país que menos dinero destina.

Las palabras de Trump han sido las únicas que ha pronunciado durante su visita relámpado a la capital belga que ha generado alguna que otra situación incómoda, como cuando ha retirado de malas formas al primer ministro de Montenegro, Dusko Markovic, de la primera fila para situarse junto al secretario general Jens Stoltenberg. Aunque muchos esperaban que el presidente estadounidense aprovechara la cita para expresar públicamente su compromiso con el artículo 5 de la OTAN, es decir, a acudir en defensa de cualquier país aliado que sea atacado, finalmente no lo ha hecho. Se ha limitado a subrayar que la OTAN debe centrarse en el futuro en terrorismo e inmigración, en las amenazas desde Rusia y en las fronteras del sur y el este.

TIBIOS REPROCHES A TRUMP

La ceremonia también ha tenido como protagonista a la cancillera alemana, Angela Merkel, que ha recordado que “no es el aislamiento y la construcción de muros lo que nos hace tener éxito sino sociedades abiertas, que comparten los mismos valores”, y a la británica Theresa May que ha reclamado un intercambio confidencial de inteligencia a raíz de las filtraciones de EEUU. Pero si ha habido un reproche especialmente áspero ha sido el del primer ministro belga, Charles Michel, que ha subrayado que “nuestros valores comunes no son obsoletos”, en clara alusión a cuando Trump calificó a la OTAN de obsoleta.

La organización, que ha inaugurado hoy su nuevo cuartel general –“nunca he preguntado cuánto ha costado pero es bonita”, ha dicho Trump-, se ha comprometido, para satisfacer a EEUU, a integrarse en la coalición internacional contra el Estado Islámico. Una decisión simbólica ya que los 28 países aliados ya forman parte de la coalición a título individual y la OTAN no entrará en combate ni jugará ningún papel militar.