El papa Francisco viajará proximamente, junto al arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia Anglicana, Justin Welby, a Sudán del Sur. El país, independiente desde el 2011, vive desde el 2013 sumergido en una guerra civil entre dos etnias diferentes, considerada particularmente cruel para la población, la ONU, las oenegés y las mismas iglesias, ninguna de los cuales consigue tan siquiera hacer llegar comida a los civiles necesitados.
“Estoy estudiando con mis colaboradores la posibilidad de un viaje a Sudán del Sur”, dijo Francisco este domingo mientras visitaba la iglesia de la mayor comunidad anglicana de Roma. El Papa explicó que habían ido a verle “el obispo anglicano, el presbiteriano y el católico, los tres juntos, para decirme que, por favor, fuera a Sudán del Sur, un solo día”. Jorge Bergoglio añadió que le pidieron que no fuera solo: “Venga con Justin Welby”, el primado anglicano. “Las iglesias jóvenes son creativas y esta creatividad ha llegado a esta iglesia de Sudán y estamos viendo si se puede realizar, si la situación de allá es demasiado fea... pero tenemos que hacerlo, porque ellos, los tres juntos, quieren la paz, trabajan juntos para alcanzar la paz”.
OTROS VIAJES DEL PAPA
En abril del pasado año Francisco realizó el primer viaje ecuménico, con el patriarca ortodoxo Bartolomeo, en el que visitó el campo de refugiados de Moria, en la isla de Lesbos. Sin embargo, el desplazamiento más arriesgado lo realizó en noviembre del 2015, cuando viajó a Bangui, capital de la República Centroafricana, para inaugurar con una semana de anticipación el año Jubilar (2015-2016).
En aquella ocasión, el Vaticano consiguió que todas las facciones en guerra firmasen una tregua durante las horas de estancia del Papa, algo que la Gendarmería vaticana está ya intentando en Sudán del Sur.
Las raíces de la guerra de Sudán parten de la independencia del país de Egipto e Inglaterra (1956), pues antes de irse unieron el norte blanco y musulmán con el sur negro y cristiano-animista, disparando una guerra de más de 30 años de duración. El sur es rico en petróleo, pero las refinerías están en el norte, lo que obligó a ambos territorios a vivir en una convivencia forzosa durante algunos años. Aún así, en el sur combaten entre sí la etnia dinka, de la que forma parte el presidente Salva Kiir, y los nuer, grupo étnico al que pertenece su vicepresidente, Riek Machar.