"Esta tormenta os va a matar"

Las autoridades han pedido la evacuación de más de dos millones de personas en cuatro estados

Un hombre intenta sostener su paraguas en una playa estaounidense. / STEPHEN B. MORTON / AP

Antes de que cerrara el miércoles la biblioteca donde trabaja a las afueras de Miami, Marta Jimeno se pasó el día retirando cuadros de las paredes, taponando los bajos de las puertas y embalsamando los ordenadores con plásticos. “Las televisiones se pasan las 24 horas diciendo que esta será una tormenta letal y la gente está muy asustada. Algunos se han ido a la costa oeste. En los supermercados hay colas kilométricas y la gasolina se ha agotado en algunos sitios”, cuenta en una conversación telefónica. Pero Jimeno está enfadada con el clima de alarmismo y ha optado por quedarse. “Te meten un miedo horrible para que compres. Todos los años tenemos huracanes y al final es como el cuento de la lechera, mucha gente, como yo, pasa”, dice esta bibliotecaria de origen español.

Miami no está entre las áreas designadas para la evacuación, salvo para aquellos que viven en casas móviles, pero sí otras zonas del centro y el noreste de Florida, donde cerca 600.000 personas se han quedado ya sin electricidad ante la virulencia de los chaparrones y los vientos, que se acercaban a los 170 kilómetros por hora en Caño Cañaveral. Pese al escepticismo muchos ciudadanos, las autoridades han descrito al huracán ‘Matthew’ como la peor tormenta de la última década y, desde el presidente hasta el director del Centro Nacional de Huracanes (NHC), han pedido a cerca de 2 millones de personas en las regiones costeras de Florida, Georgia y las Carolinas que no esperen para abandonar sus casas. “Si te están diciendo que evacues, tienes que marcharte y desplazarte a zonas más elevadas porque la marea puede crecer muy rápido”, ha dicho Barack Obama.

AL MENOS UN MUERTO

Tras dejar más de 800 muertos en Haití y dejar a su paso una nueva oleada de devastación, “Matthew” ha perdido algo de fuerza al acercarse a las costas de Florida. Su intensidad ha sido rebajada del nivel cuatro al tres, sobre un máximo de cinco, pero el NHC insiste en que sigue siendo extremadamente peligroso. La pasada madrugada murió el primer estadounidense en el condado de Santa Lucía, después de que las autoridades tuvieran que suspender la operación de rescate. Los vientos huracanados están arrancado árboles y postes del tendido eléctrico. En ciudades del norte del estado, como San Agustín, sus calles son ya ríos desbocados, según muestran las televisiones.

“Lo peor está por llegar”, ha dicho el este viernes gobernador de Florida, Rick Scott, después de lanzar la víspera una advertencia desesperada. “Esta tormenta os va a matar. Se está acabando el tiempo”. En su estado se ha declarado el estado de emergencia, al igual que en Georgia y Carolina del Sur, y solo en Florida se han cancelado cerca de 3.000 vuelos. Nada de eso ha evitado, sin embargo, que muchos se lo sigan tomando a broma. Por los móviles circula un chiste que muestra una mesa de plástico con cuatro sillas. Solo una de ellas se ha caído. “Hemos sobrevivido”, dice la leyenda.