“Ya no se habla de que las FARC se van a desarmar, sino de cómo entregarán hasta su última pistola”, dijo el presidente Juan Manuel Santos después de que el Gobierno colombiano y las insurgencia dieran a conocer en La Habana los protocolos para aplicar el acuerdo sobre 'Cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y dejación de las armas', anunciado el pasado 23 de junio. En virtud de ese acuerdo histórico, y antes de la firma de la paz que pondrá fin a un conflicto armado que se remonta a 1964, la guerrilla se ubicará en 23 zonas y 8 campamentos que serán vigilados por la propia insurgencia, el Estado y la ONU para que se cumpla lo pactado.
Las FARC se han comprometido a entregarle a la ONU toda la información en sus manos sobre sus fuerzas. El armamento pesado será entregado a partir de los dos meses después de la firma de la paz.
En caso de que se presenten incidentes que comprometan el cumplimiento del 'Cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo', el grupo de monitoreo “recogerá la información y la enviará a la instancia regional o nacional. La “evaluación final” de lo ocurrido la hará la ONU.
Las partes se comprometieron a no entrar en contacto armado, ocultar información, utilizar lenguaje difamatorio, realizar acciones que atenten contra la integridad física o moral de la contraparte, usar las rutas de desplazamiento para fines con no han sido estipulados o afectar los derechos y libertades de la población civil.
EL RECHAZO DE URIBE
Para Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador del presidente Santos, se ha dado “un paso concreto” para materializar lo convenido el 23 de junio. A su criterio, es una muestra de la seriedad con la que se ha encarado el proceso de paz desde finales de 2012. .
Iván Márquez, integrante de la cúpula insurgente y negociador en Cuba, aseguró que el desplazamiento de los guerrilleros hacia las zonas designadas y el abandono de las armas “están supeditados a la puesta en vigor de las normas que garanticen la seguridad jurídica, social y política” de sus integrantes.
Una vez llegue el acuerdo final, se convocará a un plebiscito. El expresidente Álvaro Uribe no ha esperado la fecha de la consulta: ya se ha lanzado a las calles para defender la opción del 'no' al acuerdo de paz.