Escoceses indignados

Los habitantes de Edimburgo lamentan el 'brexit' y están convencidos de estar a las puertas de otro referéndum por la independencia

La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, este sábado en una reunión de emergencia con su Gobierno. / JANE BARLOW / AFP

Con un 74% de votos a favor de la permanencia en la UE, es justo decir que Edimburgo es una de las ciudades más europeístas del Reino Unido. El reguero de turistas que recorre cada día el Old Town y la prestigiosa universidad local, que acoge a miles de estudiantes europeos, son los motores de la capital escocesa, que podría ver su actividad cotidiana muy afectada por el 'brexit'brexit.

La cuestión de la independencia pareció haber quedado zanjada hace dos años, cuando los escoceses eligieron mantenerse en el Reino Unido en un referéndum que se describió como "único en una generación". Ahora el debate sobre la independencia ha vuelto súbitamente a Escocia después de que sus votos a favor de mantenerse en la UE quedaran en papel mojado frente a los mucho más numerosos votos ingleses.

Una vez conocidos los resultados, Nicola Sturgeon, primera ministra escocesa y líder del independentista Partido Nacional Escocés (SNP), anunció que los mecanismos para la convocatoria de un nuevo referéndum de independencia se habían puesto en marcha. Horas después, una marcha recorrió el centro de Edimburgo con banderas europeas y reclamando una nueva votación que permitiese a Escocia convertirse en un país independiente dentro de la UE.

"El resultado del referéndum se debe a motivaciones idiotas y racistas", opina Mat, un veinteañero que viste con la indumentaria típica de los highlanders escoceses, con la falda (o kilt) incluida. Los jóvenes como él formaban el grupo demográfico más contrario al 'brexit', pero también el que más abstención registró durante el referéndum. "Al menos esto permitirá la convocatoria de otro referéndum de independencia en el que podremos votar para mantenernos en la UE", añade el joven escocés.

Los votantes de más edad fueron los más reacios a la independencia en 2014, pero los más favorables al 'brexit' este jueves. Sin embargo, en Edimburgo es difícil encontrar a nadie que diga haber votado contra la permanencia en la UE. "Me siento devastada, estaba más contenta dentro de la UE", declara Maureene Ross, una pensionista de Edimburgo. "Sin duda habrá otro referéndum de independencia ahora, pero yo votaré en contra. Estamos mejor juntos, incluso fuera de la UE".

El gran dilema ahora para el Gobierno del SNP es si las mentes de los escoceses habrán cambiado lo suficiente en dos años como para evitar otro rechazo a la independencia que resultaría fatal para su causa. Encuestas previas al referéndum indicaban que el apoyo a la independencia (actualmente en torno al 50%) aumentaría tras el 'brexit', pero no de forma decisiva.

Tom Clark, un granjero de 52 años, dice estar "en shock" por el resultado del referéndum del jueves, en el que votó por la permanencia. "Desafortunadamente parece que llevará a otro referéndum de independencia, pero yo votaré por mantenerme en el Reino Unido. El 'brexit' no ha cambiado mi opinión sobre eso".