Piedras que simbolizan una tragedia. El escultor sirio Nizar Ali Badr, utilizando el material más básico que ha encontrado bajo sus pies, se ha lanzado a expresar todo lo que sienten los sirios en la cruenta guerra que ha destrozado y sigue destrozando su país desde hace más de cinco años. Imposible que no afectara su trabajo artístico, que recrea con rocas y piedras la difícil situación que sufren sus compatriotas.
Instalado en la ciudad portuaria de Latakia, Ali Badr habla con sus pétreas esculturas de guerra, desplazamientos forzados, refugiados y muerte de seres queridos. En sus piezas transmite la pena de los que tienen que morir, sufrir, abandonar el país, pero también la esperanza en una futura recuperación y en el retorno de valores humanos como el amor, el hogar o la familia.