El Gobierno belga ha anunciado que ampliará el reparto preventivo de pastillas de yodo para proteger la tiroides en caso de accidente nuclear al total de sus habitantes, una medida que hasta el momento estaba limitada a los habitantes de zonas próximas a alguna de las centrales nucleares del país (Doel y Tihange).
La ministra de Sanidad, Maggie de Block, adelantó la medida en una comparecencia este miércoles ante la comisión de Salud del Parlamento federal, durante la cual explicó la decisión de ampliar de 20 a 100 kilómetros las zonas consideradas "sensibles" en torno a las centrales.
En la práctica, este perímetro de seguridad implica que todo el territorio quedará cubierto, con lo que se cumple la recomendación de un informe publicado en el 2015 por el Consejo Superior de la Salud (CSS), y se protegerá a toda la población contra los posibles efectos adversos de la radiación.
NO SOLO LAS BELGAS
Bélgica tiene dos centrales de energía nuclear -Doel, cerca de la frontera con Holanda, y Tihange, próxima a Alemania y Luxemburgo-, pero para ampliar el cerco de las medidas preventivas también se han tenido en cuenta las plantas en el norte de Francia y en el sur de Holanda por su cercanía.
El coste del reparto de las pastillas de yodo correrá a cargo de la empresa estatal de electricidad, Electrabel, según ha indicado el diario 'La Libre Belgique', y se cubrirá a los 11 millones de habitantes del país.
Este cambio en la política de prevención se produce en un momento en el que la seguridad del parque nuclear belga ha sido puesta en duda por países vecinos, entre ellos Alemania, que la semana pasada instó a las autoridades belgas a cerrar temporalmente al menos dos de sus reactores.