EL PAÍS VECINO

Bombas rusas, nervios turcos

La ofensiva rusa en Siria agita al Ejecutivo de Ankara por sus consecuencias en la relación bilateral

«Si Rusia pierde a un amigo como Turquía, con el que tiene mucha cooperación, va a perder un montón de cosas. [Rusia] Tiene que saberlo». Las palabras del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dejan poco lugar a equívoco: los nervios se han disparado en Ankara tras el inicio de la operación rusa en Siria y la paciencia comienza a agotarse. Potentes socios comerciales (por ejemplo, Rusia espera construir un gasoducto a través de suelo turco para circunvalar Ucrania en su ruta a Europa), Moscú y Ankara se encuentran enganchados en su posición respecto al todavía mandatario sirio, Bachar al Asad. Mientras que para sus vecinos turcos se trata de un tirano que hay que eliminar de la ecuación siria, Rusia -al igual que Irán- lo ve como un socio irrenunciable. Y es por eso que ha volcado su potencia militar de parte de Asad y no solo contra el Estado Islámico, sino contra todos los opositores al régimen.

El desafío ha sido mayor. Entre los pasados sábado y lunes, el espacio aéreo turco resultó vulnerado por aviones rusos en tres ocasiones, lo que provocó una fuerte protesta de la OTAN. «Un ataque a Turquía es un ataque a la OTAN», recordó Erdogan. El primer ministro en funciones, Ahmet Davutoglu, trató de restar hierro, pero se mostró firme en cuanto a futuros episodios similares. Las patrullas aéreas fronterizas turcas estuvieron también en el punto de mira de baterías antiaéreas sirias. Según el analista de seguridad Arda Mevlutoglu, Rusia podría haber zanjado así el debate sobre una zona de exclusión aérea en el norte de Siria, como ansiaba Ankara. «Para crear estas zonas -indicó Mevlutoglu al medio regional Al Monitor-, hace falta sobre todo superioridad aérea», un equilibrio que ahora Moscú ha orientado a su favor.

Más refugiados

El Instituto para el Estudio de la Guerra muestra que, entre el 30 de septiembre y 5 de octubre, aviones rusos llevaron a cabo al menos diez series de bombardeos en las zonas colindantes con la provincia turca de Hatay. Por su parte, Al Monitor informó de que los días 3 y 5 de octubre se registraron en Hatay al menos dos cruces fronterizos sospechosos, uno de ellos de hombres fuertemente armados. No es lo único que hace saltar las alarmas en Ankara: el viceprimer ministro turco, Numan Kurtulmus, insinuó que hasta un millón de refugiados podrían entrar en el país si hay nuevos ataques.