La aviación rusa continuó bombardeando ayer, por cuarto día consecutivo, posiciones del grupo yihadista Estado Islámico (EI) y de otras formaciones rebeldes en Siria para apoyar al presidente sirio, Bashar al Asad. La ofensiva rusa va a intensificarse en los próximos días, según anunció ayer Moscú, que alega que con su intervención pretende solo acabar con el EI.
Un alto cargo militar ruso dijo que la aviación de su país había llevado a cabo más de 60 salidas en 72 horas. «No solo vamos a continuar los ataques, también incrementaremos su intensidad», aseguró Andrei Kartapolov, del Ejército ruso. El día anterior, el diputado ruso Aleksei Pushkov indicó que los bombardeos durarían «entre tres y cuatro meses».
El Gobierno ruso ha sido blanco de las críticas de EEUU, que lidera una coalición de países que bombardean al EI desde hace más de un año en Irak y Siria. Washington acusa al Kremlin de «lanzar operaciones militares indiscriminadas contra la oposición siria», pero Rusia argumenta que la coalición no ha obtenido resultados con sus ataques contra el Estado Islámico.
OBJETIVOS
El Ministerio de Defensa ruso explicó ayer que sus aviones llevaron a cabo más de 20 vuelos en Siria en 24 horas y atacaron nueve objetivos del EI. Entre ellos, un puesto de comando y un búnker con armas en Raqqa, feudo del EI en Siria, así como un arsenal en la localidad de Maarat al Numaan (Idlib). En este lugar no se tienen noticias de que haya ninguna base del EI.
La mayoría de los combatientes en esta zona son del Frente al Nusra, grupo yihadista vinculado a Al Qaeda, y de la formación islamista Ahrar al Sham. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), desde que empezaron los bombardeos rusos en Siria han muerto al menos 39 civiles y 14 combatientes del EI.