La lacra del terrorismo islámico

Irak afea a los aliados el fracaso contra el EI

Margallo respalda una iniciativa italiana para extender los ataques a Libia

Militantes chiís luchan contra el Estado Islámico en Faluya. / AP /HADI MIZBAN

La coalición internacional lanzada para atacar las bases del Estado Islámico (EI) en Siria e Irak revisó ayer su estrategia en una reunión ministerial celebrada en París en presencia de 24 delegaciones. Las recientes victorias militares de los yihadistas en Palmira (Siria) y Ramadi (Irak) llevaron a los aliados a reafirmar su unidad para actuar conjuntamente, tras escuchar como el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, les echó en cara «el fracaso» en la lucha contra el EI, denunciando sobre todo la falta de apoyo en Irak.

Los ministros certificaron,  «la incapacidad y la ausencia de voluntad» del régimen de Bachar al Asad para luchar contra los yihadistas, por lo que se abrió paso la tesis de que quizás ha llegado el momento de que la coalición una fuerzas con determinados grupos de la oposición siria. Asimismo, se constató la urgencia de encontrar una solución política al deteriorado conflicto sirio, una de las causas profundas de la expansión de los radicales. En este sentido, la declaración emitida al término del encuentro, habla de la necesidad de cortar el flujo de combatientes extranjeros de los que se nutre el Estado Islámico, de bloquear sus fuentes de financiación y de luchar contra su ideología, abordando las crisis humanas que lleva aparejadas.

Otro asunto que se puso encima de la mesa fue la intención del EI de ganar terreno en un país duramente golpeado por la inestabilidad política como Libia. Aunque  la coalición internacional seguirá centrando sus esfuerzos en Siria e Irak, la delegación italiana presentó una iniciativa, todavía embrionaria, para ampliar a Libia el ámbito de actuación de los aliados. Una  idea apoyada por España, según explicó el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Magallo. «La coalición debe actuar en su formato actual contra Libia», dijo. Sus modalidades y base jurídica deberán ser objeto de discusiones futuras. En todo caso, se requeriría una petición previa del Gobierno legítimo de Libia  y sería deseable el visto bueno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.  «La única opción que no está abierta es no hacer nada en Libia», agregó el ministro, recordando que la crisis genera problemas en los vecinos Túnez, Egipto, Mali y provoca la tragedia de la inmigración.