En un operativo conjunto, el Ejército y la Policía federal detuvieron ayer en la lujosa ciudad de Garza García, junto a Monterrey, capital del estado mexicano de Nuevo León, a Omar Treviño, conocido como Z-42, jefe del sanguinario cártel de Los Zetas.
Omar Treviño encabezaba el grupo criminal
-creado por militares de élite y escindido del cártel del Golfo- desde que su hermano Miguel Ángel fue detenido en julio del 2013. México y EEUU ofrecían por su captura recompensas de 22 millones de euros.
Según las autoridades estadounidenses, el Z-42 no solo traficaba cocaína -por lo que tiene acusaciones en un juzgado de Columbia-, sino que era el encargado de lavar el dinero obtenido por el cártel con el narcotráfico, el secuestro, la extorsión y otros delitos. Con su mujer y su suegro, Omar Treviño, poseía una enorme empresa ganadera, Cinco Manantiales. Un tercer hermano, José, fue juzgado hace año y medio en Tejas, también por lavado de dinero, tras descubrirse que Los Zetas eran los dueños de 400 caballos purasangre, varios de los cuales ganaron los grandes derbis de EEUU y finalmente fueron subastados hasta en un millón de dólares.
La detención de Z-42, cuatro días después de la de Servando Gómez, la Tuta, líder del cártel de Los Caballeros Templarios, ha venido a dar un nuevo respiro al Gobierno y el presidente, Enrique Peña, en jaque desde la matanza de medio centenar de estudiantes de Magisterio en el estado de Guerrero hace poco más de cinco meses.