Tensión en el este de Europa

Putin y Poroshenko esbozan un alto el fuego en Ucrania

Obama acusa a Rusia de enviar tropas y armas a los rebeldes prorrusos

La propuesta de 7 puntos se produce la víspera de la cita de la OTAN en Gales

Obama y el presidente de Estonia, Hendrik, ayer en Tallin. / AFP / SAUL LOEB

La crisis en Ucrania es uno de los grandes asuntos que abordarán los líderes de los 28 países de la OTAN, en la cumbre que desde hoy y hasta el viernes tiene lugar en  la localidad galesa de Newport. El encuentro ha coincidido con la presentación por parte del presidente ruso Vladimir Putin de un plan de paz para acabar con los sangrientos enfrentamientos en el este del país.

En lo que parece un esfuerzo por mostrar a Occidente sus mejores intenciones y  cuando Europa está a punto de aplicar nuevas sanciones a Rusia, Putin indicó ayer que el acuerdo entre rebeldes separatistas y las autoridades de Ucrania podría alcanzarse esta semana, ya que sus puntos de vista con el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, para acabar con la violencia, se hallaban «muy próximos». Ambos mantuvieron una conversación telefónica  en la que acordaron dar «los pasos que facilitarán el establecimiento de la paz» en las zonas de combate.

La conversación provocó una cierta confusión. La presidencia de Ucrania hubo de rectificar un primer comunicado, en el que había anunciado un acuerdo de «alto el fuego permanente» entre Kiev y Moscú. La corrección se produjo después de que el portavoz de Putin negara rotundamente tal pacto, imposible, señaló, porque Rusia «no es parte en el conflicto».

CORREDOR HUMANITARIO / Según el presidente ruso, su propuesta de plan de paz como salida a la crisis se podría «cimentar» este viernes durante la reunión del grupo de contacto de Ucrania entre delegados del Gobierno ucraniano y  representantes separatistas. La propuesta de siete puntos incluye el cese de hostilidades, el intercambio de prisioneros, la presencia de observadores internacionales para la verificación del alto el fuego y la apertura de corredores humanitarios para el desplazamiento de refugiados y distribución de ayuda. «Creo que se puede alcanzar y cimentar un acuerdo final entre las autoridades de Kiev y el sureste de Ucrania este viernes durante el encuentro del grupo de contacto», señaló Putin. Antes de estas buenas palabras, el primer ministro ucraniano Arseny Yatseniuk calificó a Rusia de «estado terrorista».

El plan ha sido anunciado la vísperas de una reunión tachada de «crucial» para el futuro de la Alianza. El anfitrión del encuentro, el primer ministro británico David Cameron,  ha invitado a la cumbre al presidente Poroshenko, lo que se considera como un acto de solidaridad política, más testimonial que otra cosa. El  Reino Unido, al igual que Alemania, se ha negado a enviar armas al Gobierno ucraniano.

Estados Unidos no parece muy convencido de las intenciones   Putin. El presidente Barack Obama  acusó a Rusia de agresión en Ucrania e indicó que un alto el fuego solo podrá ser efectivo si Moscú deja de enviar tropas al país vecino. El Kremlin viene negando haber enviado a sus soldados y continúa hablando de conflicto interno, pero Obama insistió en que es un hecho comprobado y pidió a Putin que no siga pretendiendo lo que no es. «Las tropas rusas que entraron en Ucrania no iban en misión humanitaria o de pacificación. Las unidades rusas están allí  con armas y tanques rusos», afirmó.

INYECTAR CONFIANZA / Obama hizo esa declaración en Tallin, la capital de Estonia, uno de los tres países bálticos, junto a Letonia y Lituania, que formaban parte de la antigua Unión Soviética, y temen verse afectados por la expansión del conflicto ucraniano. Los tres países forman parte de la OTAN, pero los tres dependen energéticamente de Rusia y tienen minorías de ciudadanos rusos en sus respectivos Estados.

El presidente estadounidense, camino de la cumbre Atlántica, quiso con su presencia inyectar confianza y reafirmar el respaldo de Estados Unidos y el compromiso de la Alianza en proteger la frontera del Este europeo. Según el tratado de la OTAN, cualquier ataque a uno de sus miembros se considerará como un ataque a toda la organización.

En este sentido, la cancillera alemana Angela Merkel dijo antes de trasladarse a Gales que «no se deben cambiar los acuerdos vigentes con Rusia, pero eso no quiere decir que no se tome en serio el deseo de los países bálticos de una mejor capacidad de reacción de la OTAN en la región», dijo. Para mejorar esa capacidad de reacción, agregó Merkel, se deberán tomar una serie de medidas en Gales. Entre ellas, apuntaron fuentes del Gobierno alemán, la creación de una fuerza de reacción rápida compuesta por 4.000 soldados, una brigada capaz de desplegarse «en cuestión de días» y en la que se ha comprometido a participar el ejército germano.