El Reino Unido prepara nueva legislación para poder requisar más facilmente los pasaportes de británicos fundamentalistas, que tratan de viajar para luchar en Irak y Siria. El primer ministro David Cameron, en una comparecencia ayer ante la prensa en Downing Street, estimó en 500 el número de británicos que actualmente luchan junto a extremistas islámicos. Unos fanáticos que constituyen una amenaza también para la seguridad interna británica. «La ambición de crear un califato extremista en el corazón de Irak y Siria es una amenaza para nuestra seguridad, aquí en el Reino Unido», señaló el primer ministro.
El lunes, según anunció, presentará en la Cámara de los Comunes nuevas propuestas que incluirán la confiscación de pasaportes a sospechosos de viajar al extranjero con fines relacionados con el terrorismo. Ese es un poder que, de hecho, ya posee el ministerio del Interior y que ha ejercido en 14 ocasiones, desde abril del pasado año hasta marzo de este año.
«Tenemos que hacer más para detener a la que gente que esta viajando, detener a los que quieren volver, enfrentarnos de forma tajante con los que ya están aquí», afirmó Cameron, quien reconoció que el sistema de control debe ser mejorado. «Podemos tener que enfrentarnos a un estado terrorista a orillas del Mediterráneo y en la frontera de un país miembro de la OTAN», añadió.
La ministra del Interior, Theresa May, elevó también ayer el nivel de alerta terrorista de «sustancial» a «grave», por temor precisamente a un ataque de extremistas relacionados con Irak y Siria. El nuevo nivel de alerta es el cuarto grado, en una escala de cinco, y significa que un ataque terrorista es «altamente probable». No existe, sin embargo, según explicó May, una amenaza concreta e inminente. También subrayó que la decisión fue tomada por los expertos del Centro Conjunto de Análisis del Terrorismo (JTAC).
Desde anoche, se ha intensificado el número de patrullas policiales en lugares visibles. Las autoridades han pedido a la población que se mantenga atenta y vigilante, pero continúen con su vida normal. La última vez que se incrementó el nivel de alerta en el Reino Unido fue entre enero del 2010 y el verano del 2011, debido, al parecer, a los intentos de grupos vinculados con Al Qaida de colocar bombas en aviones.