Naciones Unidas dará inició hoy a «una de las mayores operaciones humanitarias» para tratar de ayudar a los desplazados por el conflicto en Irak, anunció ayer Adrian Edwards, portavoz del ACNUR: «La situación es desesperada para aquellos que no disponen de cobijo adecuado, para la gente que lucha para encontrar comida y agua con la que alimentar a sus familias y para aquellos sin acceso a atención médica».
La ONU estima que 1,2 millones de personas se han convertido en desplazados a causa del conflicto desatado por la expansión del Estado Islámico (EI), fundamentalmente aquellos que pertenecen a los grupos étnicos que los yihadistas ven como infieles o apóstatas: yazidís, cristianos, kurdos no islamistas, turcomanos, chiís... Según explicaba a este diario hace unos días el párroco Sabri al Maqdacy, en Ankawa, el barrio cristiano de la capital kurda Erbil, cada parque y cada iglesia está repleta de cristianos que han huido de la barbarie del EI. Decenas de miles de yazidís han huido igualmente tras largas travesías a pie por el desierto que algunos ni siquiera han podido terminar, cayendo víctimas del sol, la fatiga y la sed.
De ahí que la ONU haya decidido iniciar una operación «por aire, tierra y mar» para abastecerlos, explicó Edwards. Desde hoy, un puente aéreo comunicará Aqaba (Jordania) con Erbil a lo largo de cuatro días para aportar lo más urgente: 3.300 tiendas, 20.000 sábanas, 18.500 equipos de cocina y 16.000 bidones de agua. En los siguientes 10 días, llegarán convoyes humanitarios por carretera desde Turquía y Jordania y desde Dubái partirán barcos cargados con ayuda que, a través de Irán, alcanzarán territorio iraquí. «El reto que presenta la actual situación humanitaria en Irak es inmenso. Tenemos que empezar por los más vulnerables y extendernos a partir de ahí», contó Edwards.
Ahora existen ocho campos de refugiados en las provincias kurdas de Dohuk y Erbil y se prevé la apertura de hasta otros seis, lo que daría la posibilidad de cobijar a 140.000 personas. En Siria, con el apoyo de grupos armados kurdos, se ha abierto otro en el que se refugian 8.000 yazidís. Turquía ya ha acogido a 2.000 yazidís en un campo recién levantado y que está ampliando para acoger hasta a 10.000 personas. Pero las previsiones pronto se podrían quedar cortas, como ya ha ocurrido en Siria. «Esta es una gran crisis humana y afectará a muchas personas. Se necesitará más ayuda en las próximas semanas», avisó Edwards.
Sobre el terreno el Ejército iraquí inició ayer una ofensiva para recuperar Tikrit, cuna de Sadam Husein, pero a media tarde debió detenerla debido a los francotiradores y a la cantidad de explosivos que los yihadistas colocaron para impedir el avance de las fuerzas iraquís. El general Qasim Musawi calificó de «éxito» el ataque, ya que habría causado grandes bajas en las filas de EI, además de forzar la huida de Tikrit de parte de sus líderes. «Liberaremos Tikrit cueste lo que cueste».
ATAQUE A BAGHDADI / Con la inyección de moral que ha supuesto recuperar la presa de Mosul, las fuerzas iraquís también incrementaron sus bombardeos sobre Faluya, otro bastión del EI en Irak, y, según el Ministerio de Defensa, 13 yihadistas murieron. Mientras, desde el norte, los peshmerga kurdos siguieron presionando a las fuerzas del Estado Islámico que, según medios kurdos, habrían replegado sus posiciones en varios puntos importantes de las provincias de Kirkuk, Diyala y Nínive.
En un vídeo publicado en internet, el EI amenazó ayer con atacar a EEUU «en cualquier parte» si seguían los bombardeos aéreos de Washington. «Os ahogaremos en sangre», amenazan los yihadistas. Una fuente de inteligencia citada por un medio iraquí aseguró ayer que EEUU habría intentado matar hace tres días a Abu Bakr al Baghdadi, autoproclamado califa del EI, con un dron, aunque sin éxito.