En todo lo que tiene que ver con rituales y liturgia, la Iglesia católica no hace nada de cualquier manera ni porque sí. Y mucho menos el cónclave que elige al papa, un momento crucial en que copa la atención del mundo. Para ello se vale de un ritual vistoso y milimetrado, de origen milenario y que en lo esencial no ha cambiado desde la edad media.
Aunque sea solo formalmente, a lo que más se parece el cónclave es a cómo se elegían los obispos en los primeros siglos del cristianismo, antes de que la política se metiera por medio. Y es que técnicamente a quien se está designando no es a otro que al obispo de Roma, al que luego lo de papa le viene por añadidura.
>> Lea la información completa sobre el cónclave para elegir nuevo papa en e-Periódico.