Zorreguieta, una argentina reina de Holanda

El país austral siente como propio el ascenso al trono de la princesa de Holanda, pero nadie olvida la relación de su padre con el golpe de estado de 1976

La hermana menor de Máxima está en un psiquiátrico y una prima ameniza 'shows' eróticos en Amsterdam

Los príncipes de Orange, Máxima Zorreguieta y Guillermo Alejandro, y su hijas. / Eric Maas (EFE)

En 1978, poco después de que la selección argentina le ganara aHolandael Mundial, una argentina, Silvana Suárez, se consagró Miss Universo. Fútbol y belleza eran los blasones nacionales que la dictadura contraponía a las denuncias internacionales sobre la barbarie que, a su modo, también involucraron a los jugadores del equipo naranja. En el nombre de su propia nación, ellos se negaron a recibir la medalla de subcampeones de las manos ensangrentadas del general Jorge Videla. Treinta y cinco años después, los argentinos vuelven a tener un rey simbólico (Leo Messi) y, muy pronto, tendrán una reina: Máxima Zorreguieta. "!Y es nuestra!", se ha escuchado con orgullo en Buenos Aires, como si gozaran de derechos o jurisdicción sobre la Casa de Orange.

El país austral siente como propio el ascenso al trono de la princesa de Holanda, pero nadie olvida la relación de su padre con el golpe de estado de 1976. La hermana menor deMáximaestá en un psiquiátrico y una prima ameniza 'shows' eróticos en Amsterdam.

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