La joven paquistaní Malala Yusufzai, herida gravemente el martes por los talibanes, fue trasladada ayer a un hospital militar especializado en Rawalpindi, cerca de Islamabad. Yusufzai, de 14 años, se encuentra inconsciente y en estado crítico después de recibir varios disparos en la cabeza y el cuello. No obstante, los médicos informaron de que ayer pudo mover ligeramente los brazos y las piernas, después de que los cirujanos extrajeran la bala alojada junto a la médula espinal.

Yusufzai es conocida por su defensa, desde los 11 años, del derecho a la educación de las niñas paquistanís y por denunciar la represión talibán en el valle del Swat. Las milicias talibán reivindicaron el ataque a la joven, a quien definen como una profana «prooccidental» contraria a «los muyahidines», y advirtieron de que volverán a atentar contra ella si sobrevive.

Las autoridades regionales ya tienen identificados a los atacantes y ofrecen una recompensa económica para quien los capture. Varios líderes internacionales expresaron su repulsa por el atentado. El padre de la víctima y director de una escuela para niñas, Ziauddin Yusufzai, declaró que su hija había afrontado las amenazas durante años con serenidad, convencida de que la labor que llevaba a cabo para la comunidad la protegería de los ataques.