Mientras en Siria, loscombates entre el Ejército de Bashar al Asad y losrebeldesprosiguen cada vez con más violencia, enEEUU, el Departamento de Estado y el Pentágono dan por hecha ya la caída del régimen del presidente sirio y están diseñando unplan para asegurar que la transición en ese país no se convierta en uncaos como la de Irak, según publica el diario'The New York Times'.El plan de la Casa Blanca contempla aspectos sobre cómo abordar el flujo de refugiados, mantener losservicios básicos de salud y municipales y ayudar areactivar la economía del país.
Ni elPentágononi laSecretaria de Estado que dirige Hillary Clinton quieren repetir los errores que la Administración estadounidense cometió tras la invasión de Irak en el 2003. Temen que una transición caótica incremente la violencia y la expanda fuera de las fronteras sirias.
Evitar las represalias
Entre las medidas que estudia la diplomacia estadounidense están el envío adicional de alimentos y medicinas a la región además de activar un mecanismo rápido que anule las sanciones económicas que pesan sobre el régimen de Asad. Esta última acción buscaría que Siria captara inversiones, que la economía se reactivara y así se evitara un deterioro aún mayor de la vida de la población siria.
EEUU también está presionando a la oposición siria para que se comprometa, una vez caiga el régimen, a no tomar represalias contra el Ejército, la policía y las agencias del Gobierno de Asad.
Hasta ahora, la Casa Blanca ha estado ayudando a los rebeldes. Esta semana sin ir más lejos se ha sabido que el presidente,Barack Obama, ha autorizado operaciones secretas de la CIA para respaldar a la oposición. Asimismo, Hillary Clinton tiene previsto viajar la semana que viene a Turquía para abordar la situación en Siria.