FINAL DE LA MISIÓN DE OBSERVADORES

La Liga Árabe acuerda crear una fuerza de paz conjunta con la ONU para Siria

Los países árabes aumentan las sanciones al régimen de Al Asad y retiran sus embajadores

LaLiga Árabe ha acordado este domingo pedir alConsejo de Seguridad de la ONU la formación de unafuerza de paz conjunta para Siria,así como retirar a sus embajadores del país y aumentar las sanciones económicas contra el régimen deBachar al Asad.

En una reunión extraordinaria en El Cairo de los jefes de la diplomacia árabe para buscar una solución a la crisis siria, los ministros de Exteriores pusieron fin a la anteriormisión de observadores árabes, cuyo trabajo había quedado suspendido desde el pasado 28 de enero debido a la escalada de la violencia en ese país.

La decisión coincide con la dimisión del jefe de la misión, el general sudanés Ahmed Mustafa al Dabi, y la propuesta de que el exministro de Asuntos Exteriores jordano Abdulilá Jatif, encabece la nueva misión conjunta con la ONU.

La organización panárabe acordó aumentar la presión contra Damasco con lasuspensiónde "todas las formas decolaboración diplomática con los representantes del régimen sirio en los distintos países, entidades y conferencias internacionales", según el proyecto de resolución, además de intensificar la aplicación de las sanciones económicas y la suspensión de los tratos comerciales con el régimen sirio, excluyendo lo que afecta directamente a los ciudadanos.

Comunicación con la oposición

La Liga Árabe se ha comprometido a "abrir canales de comunicación con la oposición siria y facilitar todas las formas de apoyo político y financiero a la misma". Los jefes de la diplomacia árabe decidieron, asimismo, pedir a la oposición que "unifique sus filas" y mantener con ella un diálogo serio previo a laconferencia internacional sobre Siria, que determinaron celebrar el próximo día 24 de febrero en Túnez.

Entre otras decisiones adoptadas, figura la intención de ayudar a que las organizaciones internacionales humanitarias puedan atender al pueblo sirio, así como la organización de campañas para donaciones populares y la formación de un fondo internacional.

Desde que comenzaran las protestas contra el régimen sirio de Bachar al Asad en marzo pasado, más de 5.000 personas han muerto por la represión gubernamental, según la ONU, si bien el régimen culpa de la violencia a supuestos grupos terroristas.