el expresidente israelí Moshe Katsav ingresó ayer a las diez de la mañana en la cárcel de Maasiahu, en Ramle, al sur de Tel-Aviv, para cumplir una condena de siete años por violación y otros delitos sexuales. «Hoy, el Estado de Israel se lleva a un hombre para ejecutarlo basándose en impresiones, sin pruebas; un día se revelará la verdad», afirmó Katsav en la puerta de su domicilio, en Kiriat Malaji, donde se congregaron simpatizantes y medios de comunicación. «El Estado encarcela al abuelo de unos nietos, a un expresidente. Nunca le hice daño a nadie, he tratado a todo el mundo con respeto», aseguró el primer jefe de Estado israelí condenado a prisión. «Israel está enterrando a un hombre en vida», subrayó.
Con traje negro y camisa blanca, Katsav se despidió de algunos familiares en la entrada del centro penitenciario, donde permanecerá en una celda equipada con cámaras de seguridad y estará bajo vigilancia intensiva -las puertas del lavabo y la ducha son translúcidas- para evitar que se suicide. En un primer momento, estará con el exministro israelí Shlomo Benizri, titular de Sanidad entre 1999 y 2000 y condenado por aceptar sobornos.
El Tribunal Supremo confirmó el 10 de noviembre la sentencia dictada en marzo contra Katsav por el Tribunal del Distrito de Tel-Aviv por violación y agresión sexual. En diciembre del 2010, ya fue declarado culpable de violar en dos ocasiones a una exfuncionaria del Ministerio de Turismo, del que fue responsable de 1996 a 1999. También se le imputó un delito de abuso y acoso sexual a dos funcionarias de la Presidencia, así como abuso de poder, obstrucción a la justicia y acoso a testigos.
Katsav, que siempre ha defendido su inocencia, recurrió las sentencias alegando que las relaciones sexuales con una de las demandantes fueron consentidas, pero el Supremo lo desestimó.
EL PACTO/ Presidente de Israel del 2000 al 2007, Katsav aceptó al principio un acuerdo fuera de tribunales por el que se le reducía la condena y se estipulaba el pago de una compensación a las demandantes a cambio de que retirasen los cargos. Pero luego decidió seguir con el proceso judicial para limpiar su nombre.
Katsav, nacido en Irán y con 66 años cumplidos el lunes, fue uno de los dirigentes del Likud, partido de Binyamin Netanyahu, y el primer israelí de origen mizrají -comunidades judías de Oriente Medio y el norte de África- que llegó a la presidencia de Israel. Dimitió en el 2007 por las acusaciones de violación y fue sustituido por Shimon Peres.