Un correo electrónico se ha multiplicado estos días por México con los deseos de un 2011 mejor. Recoge los consejos que le da a su nieto Pancho González, un costeño veracruzano que tiene 89 años y todos los días se toma untorito, bebida elaborada con licor de caña, leche y fruta, singularmente cacahuete. En la más pura tradición oral mexicana, este es el decálogo vital de don Pancho «pa dejar de andar de jodido».
Uno: Agradece por todo. No te quejes, dale gracias a la vida que estás, que sigues, que vives. Nomás piensa que a otra bola de pendejos ya se los cargó lachingada (la parca).
Dos: Cuando puedas comer, come. Cuando puedas dormir, duerme. Cuando puedas disfrutar, disfruta. Cuando puedas trabajar, trabaja y, si aún puedes, échate unos pinches tragos, o ponte a chiflar en la regadera y da gracias a la vida porque tienes salud. No te la pases quejando.
Tres: Si en la noche no puedes dormir, si estás vuelta y vuelta en lapinchecama, pos' párate y ponte a hacer algo porque si te quedas acostado con los ojos pelones vas pensar puras pendejadas. Y lo peor es que cuando te pares segurito que las vas a hacer.
Cuatro: Los problemas grandotes, esos que son del mundo, como el calentamiento global de la Tierra o la crisis financiera, mándalos a la madre. No los vas a arreglar tú, y luego ni les entiendes, no te hagas pendejo. Eso sí, chíngale pa´que los que pueden los arreglen. Y tú ocúpate de los que se ven más chiquitos, pero que están en tus manos.
Cinco: Si te dan, agarra. Todo lo que te den, agárralo, aprovéchalo, así sea unchingadazo, un beso o una pendejadita, porque uno vive pensando que las cosas las genera uno pero no sabes de qué forma te llegan, así que tú agarra y no te apendejes.
Seis: No agarres lo que no es tuyo: ni el caballo, ni el pañuelo, ni el sombrero, ni el dinero, ni la mujer de otro. Lo ajeno respétalo, es de otro. Cada quien tiene lo suyo, lo que se gana y lo que se merece.
Siete: Lo que hagas hazlo con ganas, con muchas ganas y mucho gusto. Y hazlo bien o no lo hagas y déjate de mamadas. Olvídate de las envidias, tú a lo tuyo porque no sabes cuando vas a valer madres.
Ocho: Cuídate de los cabrones y aléjate de los pendejos. Fíjate bien como son, porque hay unchingo. Conócelos y nunca seas como ellos. Ayuda y escucha a tus amigos, no hables mal de la gente. Sé orgulloso, pero no seas arrogante ni prepotente. Sé humilde, no agachado; sé valiente, no imprudente. Cuando ganes, sonríe; cuando pierdas, no armes un desmadre y, si te da la gana, llora.
Nueve: Nunca te preocupes por lo que no tienes, por lo que no puedes comprar. ¿Cuántos cabrones que tienen todo el dinero del mundo están en el bote, enfermos o guardados en un hospital? Tú tienes algo más valioso que es tu gente y tu salud. Esas cosas no tienen madre.
Diez: Manda a chingar a su madre a la muerte. Que sea ella la que se preocupe por no poderte llevarte y no seas tú el que se preocupe porque ya te va a llevar. ¿Así o más claro, cabrón?
Al menos medio México ha aplaudido los consejos de don Pancho.