Lo que se temía había sido una gran tragedia en lo alto de sierra de Oaxaca acabó en solo eso, un temor. Los afanes de protagonismo y obtención de fondos de ayuda de las autoridades de este pobre estado de México provocaron el martes una movilización sin precedentes de cuerpos militares y de rescate hacia el pueblo incomunicado de Tlahuitoltepec, donde se dijo que un cerro sepultó 300 casas. Al final, las casas fueron solo 3 y 11 los desaparecidos. En un principio las autoridades locales especularon con más de medio millar de muertos.

SORPRESA INDÍGENA / Los propios indígenas mixes de la sierra estaban sorprendidos por los helicópteros y el desfile de camiones militares, socorristas y todo tipo de ayuda. «Hay muchas comunidades que llevan tres semanas aisladas por las lluvias, con ríos desbordados y carreteras caídas y nadie se había preocupado nada», dijeron sus dirigentes.

El jefe de la etnia mixe tuvo que ir a pie hasta Tlahuitolepec y poder ver con sus ojos que había ocurrido. El gobernador, la televisión y el Ejército sobrevolaron la sierra.

Las radios comunitarias advirtieron del ablandamiento del cerro tras tres días de lluvia muy intensa y cuando este se desgajó y deslizó el alud de barro otras tres casas afectadas ya estaban vacías. Los socorristas buscaban ayer a ocho niños y tres adultos. La sierra Madre de Oaxaca y Chiapas estaba llena de aludes parecidos y las partes llanas de los estados de Tabasco y Veracruz, inundadas y con más de un millón de damnificados tras el paso de dos huracanes y varias tormentas tropicales.