El presidente de EEUU, George W. Bush, ha anunciado la imposición de nuevas sanciones contra el gobierno de Sudán, al que ha acusado de genocidio en Darfur, y ha instado a la declaración de un embargo internacional de armas para ese régimen. La violencia en Darfur ha dejado, según la ONU, más de 200.000 muertos y ha forzado a dos millones de personas a abandonar sus hogares.
En un breve discurso desde la Casa Blanca, Bush ha dicho que buscará una resolución de las Naciones Unidas que prohíba los vuelos militares sobre Darfur, y más fondos para una fuerza internacional de mantenimiento de la paz en esa región.
Bush anunció la imposición de sanciones económicas a 30 compañías "de propiedad o controladas por el gobierno de Sudán", que se añaden a una lista de empresas con las que los estadounidenses tienen prohibido realizar cualquier tipo de transacción comercial o financiera. "Es un crimen que las compañías y personas estadounidenses hagan negocios con ellas", ha puntualizado.
La violencia estalló en la región occidental de Sudán en 2003, cuando el gobierno sudanés apoyó a la milicia árabe Yanyavid para intentar detener a sangre y fuego una rebelión de un grupo étnico no árabe.