Del internet de las cosas a la internet del cuerpo

Cuanto más lejos llegue la tecnología, más corta será la distancia que nos separe de ella

En muchos casos, es lo último que vemos antes de ir a dormir y lo primero al abrir los ojos. Y no nos referimos precisamente al rostro de la persona amada, sino a la pantalla del móvil. De hecho, más de un cuarto de la población española no duda en admitir su adicción por su 'smartphone' (o por los contenidos a los que acceden a través de él). A nueve de cada diez les resulta imposible permanecer un día entero sin hacer uso del teléfono, según el estudio Digital Consumer Survey, de Nielsen y Dynata. Y las principales acciones que hacemos son consultar las redes sociales, enviar mensajes instantáneos, consultar el correo electrónico o entretenernos con algún juego.

Sin embargo, “cada vez será más frecuente que utilicemos el móvil para un tipo de gestión personal más profunda y productiva”, considera Eduard Martín, CIO y director del Programa 5G, Mobile World Capital Barcelona. “En un futuro próximo vamos a utilizarlo para hacer un montón de cosas que irán más allá de las 'apps' tal y como hoy las conocemos”, añade el experto. “Vamos a tener servicios financieros avanzados, examinar el estado de la movilidad en nuestra ciudad, tener experiencias turísticas inmersivas o controlar nuestro propio bienestar en aspectos relacionados con nuestra salud”, apunta la misma fuente.

Para ello asistiremos a un acercamiento (cuando no integración) de la tecnología al ser humano, llegando incluso a utilizar nuestro propio cuerpo como plataforma tecnológica. Y aunque ahora mismo nos suene a ciencia ficción, son muchos los proyectos que, en este sentido, se encuentran en una fase avanzada de desarrollo. Es el caso de camisetas que, mientras hacemos ejercicio físico, envían a nuestro móvil información sobre nuestra respiración o ritmo cardiaco, haciendo sonar una alerta en el caso de sobrepasar cierto límite de seguridad. Y así hasta ejemplos más futuristas, como los implantes de chip bajo la piel, que nos permiten abrir las puertas de casa, encender y apagar las luces o realizar pagos.

Innovación continua en servicios

Lejos de quedarse rezagada ante la velocidad de avance de la digitalización y la innovación tecnológica, la banca móvil también está investigando e innovando para aplicar estos desarrollos en la mejora de sus procesos y servicios. Por ejemplo, es destacable el desarrollo de sistemas biométricos como herramientas para mejorar la seguridad de los clientes, así como la tecnología 'blockchain' (red distribuida, que representa el sistema de protección más seguro conocido hasta la fecha). Asimismo, el despliegue de herramientas de inteligencia artificial puede tener un impacto muy positivo para numerosas áreas y servicios, como en los modelos de valoración de riesgo, en el desarrollo de nuevos productos o en el control del fraude. En este sentido, CaixaBank ha obtenido el premio al Banco más Innovador de Europa Occidental (entregado por The Innovators - Global Finance) en los dos últimos años.