Este caluroso mes de agosto, el proyecto de arte urbano 12+1 no ha hecho vacaciones. Bajo la atenta mirada de los transeúntes más valientes que se atrevían a pasear por la calle Rosalía de Castro de L’Hospitalet y del intenso sol de las últimas semanas, la ilustradora francesa Perrine Honoré ha trasladado parte de su esencia pictórica a este muro de la ciudad y ha redecorado el espacio que ocupaba hasta ahora la obra de Medianeras.  

Como viene haciéndolo cada mes, la Fundación Contorno Urbano ha ofrecido este espacio a una artista para que exprese su estilo en una obra de 50m2 al aire libre que decora una pared situada junto a la boca de metro de Torrassa. El objetivo: acercar el arte a la ciudadanía e integrarlo en el espacio urbano de la manera más responsable y respetuosa con el entorno posible.

Esta vez, la encargada de hacerlo ha sido la ilustradora y diseñadora gráfica Pierre Honoré que, a través de su característica estética festiva, ha llenado de colores este rincón de la ciudad. Honoré estudió diseño de moda en Suecia, diseño gráfico en París y Diseño y Comunicación en Barcelona.

La ilustración es su modo de expresión favorito, pues según ella, es el que le permite hacerlo con más libertad. A través de este vivo estilo, construye un universo crítico en el que la locura y la espontaneidad son las protagonistas. La ilustradora busca inspiración en artistas contemporáneos a los que suma su toque personal, así como en elementos y escenas de la vida cotidiana a las que busca dar un punto de vista y un aspecto distintos. 

Está especialmente inspirada en el estilo Memphis, un movimiento arquitectónico y de diseño industrial que puso de moda en los 80 el diseñador italiano Ettore Sottsass. Este rompedor estilo decorativo y artístico, que parece volver a estar de moda después de 30 años, busca romper con la austeridad del diseño y apuesta por propuestas coloristas, chirriantes y extremas, basadas en el imaginativo del artista y del propio público.

Esto es, de hecho, lo que quiere reflejar la autora, quien asegura a brooklynstreetart.com que el resultado del mural se sitúa “entre la abstracción y la ilustración” y tiene por objeto “dejar al público libre para interpretar el trabajo como quiera”.

Así, Honoré aúna en esta obra –y en la mayoría de las que suele producir- representaciones anatómicas y botánicas en un único discurso narrativo con tintes subjetivos. Una aparente sencillez que genera efectos contrarios e impactantes, como el que provoca la mezcla de blanco y negro o fucsia y amarillo, así como el de formas geométricas dispares tanto líneas como curvas.

En él se puede encontrar desde un ojo humano a una palmera, todo envuelto en un toque de color que va en sintonía con la época del año en que nos encontramos. ¿El resultado? Un mural a gusto del consumidor, que dependerá de los ojos con los que cada cual quiera mirarlo y que podrá ser admirado hasta el próximo 31 de agosto.

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