La contracrónica

Los fantasmas de Goya

Si revindicamos todo lo reivindicable (la sanidad pública, la paz en Ucrania, los cortometrajes, la igualdad, la justicia en Irán, la diversidad, la salud mental, la valla de Melilla, el Sáhara, el 92% de paro en el gremio de actores, el cambio climático), la frivolidad del evento quedará justificada

Clara Lago y Antonio de la Torre.

Corren malos tiempos para las galas de premios. En Estados Unidos cada año pierden espectadores a paladas pero en España, curiosamente, no. Los Goya mantienen año tras año una audiencia tan fiel que los números sugieren que hay mucha gente que ve la ceremonia pero que no va al cine a ver las películas en cuestión. La gala de anoche estuvo llena de estrellas (hubo más entregadores que nunca) y, sin embargo, terminó marcada por las ausencias: la de Carlos Saura, la de Lola Flores, la de los premios a Alcarrás. La gala de los Goya fue la gala de los fantasmas.