La última vez que vimos a Leo Messi vestido de futbolista dejó un mal recuerdo. Fue con la selección argentina, en la Copa América, en el partido del tercer y cuarto puesto (el partido que nadie quiere jugar, le llaman, porque lo disputan los perdedores que no han logrado alcanzar la final) contra Chile. Messi se iba del campo expulsado, tras unos encontronazos no precisamente de pechofrío (el apelativo que muchas veces le han colgado en su país cuando juega con la albiceleste) con Gary Medel, resueltos por un árbitro incompetente con tarjeta roja para ambos.

Aquello fue el 6 de julio y desde entonces la cara le ha cambiado bastante al ídolo del Barça, y no solo porque ha refrescado su 'look' afeitándose la barba. Ahora disfruta de la paz y la familia en un lugar que, si no es el paraíso, se le parece mucho. En una pequeña isla perteneciente al archipiélago antillano de Antigua y Barbuda (uno de esos países en cuya existencia solo solemos reparar durante los desfiles olímpicos) descansa el capitán azulgrana, a pocos días de su reincorporación a la disciplina de Ernesto Valverde.

Leo, su mujer, Antonela Roccuzzo, y sus tres "gorditos hermosos", como los llama ella, Thiago, Mateo y Ciro, se remojan en las nítidas aguas del Caribe que bañan el complejo de Jumby Bay IslandJumby Bay Island, al que solo se puede llegar en barco desde la isla de Antigua, donde está el aeropuerto internacional. No es difícil imaginar que no se trata de un destino para todos los bolsillos. Las residencias privadas cuestan unos 13.500 euros por noche, cuentan con todos los servicios, incluidos un cocinero y un mayordomo las 24 horas, y casi mil metros cuadrados de habitaciones, salones, baños, cocina... Resulta infructuoso buscar un solo comentario negativo sobre semejantes instalaciones en Tripadvisor o Google.

La 'troupe' Messi ha estado al completo algunos días en el 'resort', como prueban las fotografías que han ido colgado en las cuentas de Instagram de Antonela y del propio Leo. Los padres, los hermanos y los sobrinos del 'crack' han estado recientemente. Los niños protagonizaron un episodio curioso que ha trascendido. La madre de un chaval inglés de 11 años, MacKenzie O'Neill, que también veranea allí colgó en las redes un breve vídeo en el que se veía a su hijo jugando a fútbol en la playa con los Messi, Leo incluido. Lo curioso del caso es que la mujer no tenía ni idea de quién era aquel padre que había incluido a su MacKenzie en la pachanga, hasta que el crío, altamente emocionado, corrió a contarle que había estado jugando con el mismísimo mejor futbolista de la historia.

Messi volverá a Barcelona dentro de muy pocos días, con la idea de integrarse en los entrenamientos del Barça a principios de agosto e incluso jugar unos minutos del Gamper, el día 4, ante el Arsenal. Después partirá con el resto de sus compañeros a Estados Unidos, para seguir con la pretemporada. Allí los azulgranas disputarán dos partidos, ambos contra el Nápoles, los días 7 y 10, por raro que parezca. Y ya sin tregua empezará la Liga, con un Athletic-Barça en San Mamés el viernes 16, cuando los días en el paraíso de Antigua ya le parecerán a Messi muy lejanos.