Aún conmocionados por el anuncio, esta misma semana, de que el príncipe Enrique y Meghan Markle dejarán de ser vecinos de Guillermo y Catalina por supuestas tiranteces entre las cuñadas, ahora la prensa británica vuelve a avanzarse a los comunicados de Kensington para afirmar que los duques de Sussex ya han elegido padrinos para el que será su primogénito (cuyo nacimiento se espera para principios de primavera). Se trata de una de las parejas más famosas y glamurosas que acudieron a su boda y con la que no comparten ningún lazo de sangre.

Al parecer, y según avanza este jueves el Daily Mail, Enrique y Meghan además de cumplir con los actos de su agenda real, están volcados en tenerlo todo a punto para cuando nazca su primer hijo (del que aún no ha trascendido ni el sexo ni el nombre). Y entre las cosas que ya tendrían atadas sería la elección de los padrinos: George Clooney y su esposa, Amal, para más señas. La pareja hollywoodiense y los duques de Sussex se conocen desde hace tiempo, pero sus lazos se han estrechado mucho más desde que el actor y la abogada acudieron el pasado mayo al enlace real.

Los dos matrimonios han hecho tan buenas migas que incluso el pasado verano Clooney les pagó un jet privado a Enrique y Meghan para que pudieran disfrutar de lo lindo alejados de los papparazi en su magnífica villa del lago Como, en Italia. Allí Meghan y Enrique recibieron un curso acelerado en crianza, pues disfrutaron también de la compañía de los pequeños gemelos Ella y Alexander, que nacieron en febrero.

Reformas en el nuevo hogar

El nacimiento del próximo bisnieto de Isabel II coincidirá con el traslado de Enrique y Meghan a su nuevo hogar, en los confines de la finca que rodea el castillo de Windsor. Se trata de Frogmore House, una casona de campo del siglo XVII. Allí está enterrado el rey Eduardo VIII con su esposa, Wallis Simpson, por la que abdicó al trono. 

Actualmente la mansión, que llevaba mucho tiempo vacía, está siendo remodelada. Finalmente, albergará una decena de estancias, ocho más de la actual residencia de los duques de Sussex en el palacio de Kensington, Nottingham Cottage.