Justin Bieber es un tipo polémico. Lo sabe y le gusta (lo demostró, por ejemplo, en España en octubre del 2015). Pero a veces sucede que es objeto de críticas sin tener intención alguna de liarla. Es lo que le ha sucedido ahora, cuando tras colgar en Instagram una fotografía con un tigre durante una fiesta en Toronto (Canadá), la organización animalista PETA le he echado una buena bronca pública.
"Lo que Justin y las otras personas de la fiesta probablemente no saben es que Michael Hackenberger, el dueño del zoo [de donde venía el tigre], ha sido recientemente acusado de cinco delitos de crueldad animal gracias a una cámara oculta de PETA, imágenes en las que se le ve azotar a un joven tigre durante su entrenamiento", ha escrito la oenegé en una carta abierta al artista.
En Twitter, PETA prosigue con sus críticas a Bieber: "Fue afortunado de que no le arrancara el cuello. Los tigres que normalmente se usan para salir en las fotos son apartados de sus madres poco después de nacer",
En el 2013, la policía audanera alemana confiscó a Bieber su mono, 'OG Mally', al llegar al aeropuerto de Múnich.