Su aspecto es frágil y menudo, y su presencia, casi etérea, pero su paso es de lo más firme en su ascensión hacia el éxito y la fama dentro del panorama cinematográfico. Alicia Vikander, de origen sueco y con 27 años, ha experimentado un ascenso meteórico en la última temporada. Entre el 2014 y lo que llevamos del 2015 ha rodado nueve películas, se ha convertido en la imagen de Louis Vuitton y se ha convertido en la flamante novia de uno de los actores más deseados del momento, Michael Fassbender.Este fin de semana la veremos en los cines en lo último de Guy Ritchie, Operación U.N.C.L.E., una comedia de acción, aventuras y espías con un punto chic y estética nostálgica en la que comparte protagonismo con el nuevo Superman, Henry Cavill, y ese chico de sonrisa perfecta que es Armie Hammer.Vikander se dio a conocer hace unos años en el filme de época Una historia real, que representó a Dinamarca en los Oscar y en el que interpretaba a la esposa del monarca Christian VII, una mujer atrapada en un matrimonio desdichado y enamorada de un científico de la corte con pretensiones reformistas.
Poco después se puso en la piel de la feminista inglesa Vera Brittain en El testamento de la juventud, película sobre las memorias de la célebre activista durante la Primera Guerra Mundial y uno de los papeles de los que la actriz se siente más orgullosa porque pudo representar las vivencias de un verdadero icono outsider.
Y es que detrás de su plácida belleza, parece esconderse un espíritu escurridizo e inquieto. Quizá por eso parece manejar a la perfección personajes indómitos y que luchan por su propio destino, como la androide Ava en Ex Machina, la cinta de ciencia ficción minimalista en la que su rostro se convertía en el auténtico centro de la función, gracias a su capacidad para generar sentimientos y emociones contrapuestos y manipular a través de ellos a sus compañeros de reparto y, de paso, también al espectador.
Delicada y misteriosa. Tierna e inquietante. Vikander se mueve entre estos registros como pez en el agua, como esa bailarina profesional que en su día fue, actuando como figura principal en representaciones de la Ópera de Gotemburgo hasta que abandonó las tablas para pasarse al próspero universo de la ficción televisiva.
Durante un breve periodo de tiempo sonó para convertirse en la Anastasia Steele de Cincuenta sombras de Grey, al igual que uno de sus romances más comentados, el que mantuvo con el protagonista de True Blood, Alexander Skarsgard. Pero la intérprete ha conseguido encauzar su carrera con papeles nada acomodaticios. Dentro de poco la veremos en The danish girl, que se presenta en Venecia, y en la que se convierte en la mujer de la primera transexual que se cambió de sexo durante los años 30 del siglo pasado.
Y un poco más tarde, volveremos a encontrarla en The light between oceans, en la que conoció a su actual pareja, Michael Fassbender, que en estos momentos rueda una nueva parte de la saga X-Men. El actor, que siempre había tenido preferencia por las mujeres afroamericanas, ahora se ha rendido a los encantos de esta joven nórdica de belleza distante a la que solo le falta ser chica Bourne en la próxima entrega, la quinta junto a Matt Damon.