El pasado 14 de noviembre Christopher Jones volvió a nacer. Participaba en una clase de paracaídas junto a su instructor. Se lanzó al vacío a 12.000 pies de altura. Pero algo fue mal a 9.000 pies.
A esa altura Jones tuvo un ataque epiléptico, junsto al intentar un giro a la izquierdo. De pronto, de controlar el salto su cuerpo se giró. Quedó boca arriba con sus brazos y piernas sin control. Pasaron 30 segundos así.
Afortunadamente su monitor, con más de 20 años de experiencia, tuvo la suficiente pericia como para acercársele y tirar de la anilla de su paracaídas. El paracaídas de Jones se abrió a 4.000 pies. A 3.000, Jones recobró la conciencia.
Y llegó a tierra sano y salvo.
El vídeo de su sobrecogedora aventura en el aire se publicó el pasado domingo y ya lleva casi ¡9 millones de visitas!