De acuerdo, la novia se hizo esperar más de la cuenta, y estaba guapa, y se la veía algo nerviosa, y alguien gritó eso de "¡Viva los novios!". De acuerdo, sí, cualquiera que lea estas primeras líneas de la crónica podría pensar que la de el sábado en el Palau Nacional fue una boda más.
Pero esas fueron las únicas coincidencias con una ceremonia al uso porque quienes estuvieron ayer frente al edificio que alberga el MNAC (y fueron muchos, entre curiosos locales, turistas, agentes de la Guardia Urbana y los Mossos d’Esquadra y periodistas) vieron algo que seguramente jamás volverán a contemplar sus ojos: una gran boda india que, dicen algunos, ha dejado 65 millones de euros en la ciudad.
¿Quién sabe? Lo cierto es que no han reparado en gastos y que lo de ayer fue el summum del exotismo, el lujo, el colorido. Casi mejor que cualquier superproducción de Bollywood.
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