Nicolas Sarkozy hizo anoche un hueco en su agenda oficial para visitar a su mujer, Carla Bruni, en el set de la película que el director neoyorquino Woody Allen está rodando en la capital francesa, 'Medianoche en París'. Con aspecto cansado, sin corbata y rodeado de guardaespaldas, el presidente francés se presentó en la callejuela del Barrio Latino donde tenía lugar el rodaje para protagonizar él mismo una escena digna de película.
Al salir del coche oficial, Sarkozy se encontró con la nube de fotógrafos que siguen los pasos de su mujer en el rodaje del director neoyorquino, algo que no le hizo mucha gracia al presidente, en horas bajas por el escándalo Bettencourt. Pero lo peor para él llegó después, cuando desde el grupo de curiosos que asistían a la filmación empezaron a llegar abucheos e insultos hacia el presidente, según han relatado algunos testigos.
En ese momento, Sarkozy perdió los nervios y exhibió su perfil más desafiante, obligando a su mujer a intervenir para evitar lo que se ha demostrado inevitable: que la escena quedara retratada por los fotógrafos. Cogiéndole del hombro y hablándole al oído, Bruni consiguió templar los nervios al presidente francés y evitar un vergonzoso incidente que, según los mismos testigos, irritó a Woody Allen, que acabó el rodaje ya de madrugada.